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Arnold W. Klein (Beverly Hills – USA) ha visitado España para impartir, durante las Jornadas Mediterráneas de Confrontaciones Terapéuticas, auspiciadas por la SEMCC, una Master Class sobre "Procedimientos Miniinvasivos para el aumento de tejidos blandos".
La ponencia del prestigioso dermatólogo americano afincado en Beverly Hills suscitó tal interés que todas las previsiones relativas a la asistencia fueron desbordadas. Por ello, tres días después de la clausura de las Jornadas Mediterráneas, el Prof. Klein se comprometió a realizar un ‘Work-Shop Práctico’ -tratamiento en directo, con pacientes reales- en las instalaciones de la Academia Nacional de Medicina y Cirugía Cosmética.
Al final de la Sesión, el Prof. Klein recibió el nombramiento como Miembro de Honor de la Sociedad Española de Medicina y Cirugía Cosmética, de manos de su Presidente, el Dr. J. Víctor García.
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¿Qué le ha traído a España?
Ha sido un verdadero honor que el presidente de la SEMCC, el Dr. J. Víctor García, me haya invitado a las Jornadas Mediterráneas de Confrontaciones Terapéuticas para impartir una Master Class sobre "Procedimientos Miniinvasivos para el aumento de tejidos blandos". En ella expuse mi experiencia y mis resultados mediante la combinación de toxina botulínica con productos de relleno no permanentes, protocolo que ya se practica mundialmente por sus excelentes resultados. Ahora viajaré a Roma, Florencia y París para seguir divulgando mis técnicas; lo seguiré haciendo mientras pueda.
Los protocolos que usted utiliza son únicamente para tratar la cara…¿fruto de esta especialización nace el apodo “el arquitecto del rostro” por el que es internacionalmente conocido?
A mí me apasiona la arquitectura de la cara. La medicina, además de ciencia, es arte. Yo me considero un artista, un artista de la cara. Y la dermatología me da las herramientas indispensables para poder jugar con ella, sin dañarla, para embellecerla aún más. El tapiz es la cara del paciente, el artista es el dermatólogo y el pincel la jeringuilla.
Pero actualmente vemos caras muy artificiales que difieren mucho de este concepto de arte del que usted nos habla ¿no cree?
La natural es bello. Lo artificial no. Y el daño siempre es el mismo, el exceso: demasiado bótox, demasiado tinte, demasiado maquillaje, demasiados cosméticos… En Japón, por ejemplo, llegan a aplicarse hasta ocho productos diarios. Tanto los médicos como los pacientes debemos saber cuando parar y no sobrepasar nunca la línea de la naturalidad. Por ello, yo recomiendo hacer siempre un buen diagnostico previo: estudiar los rasgos, detectar los puntos débiles, valorar la calidad de la piel, etc. Después intentaremos imaginarnos que vamos hacer y con qué. Debemos conocer a fondo el producto que utilizaremos, tanto para asegurarnos de la calidad, como para poder prever como se comportará después de haberlo inyectado.
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¿Y la técnica de inyección no influye?
Claro que sí. Es un factor clave. Hay que inyectar muy despacio, dedicando a cada paciente todo el tiempo que sea necesario. Yo uso poco producto pero mucho tiempo. Dejo que el líquido fluya por debajo de la piel -no debajo del músculo como hacen muchos médicos-, sin prisas, y luego retiro la aguja muy suavemente. Trabajo con tanta delicadeza porque, a pesar de llevar toda la vida pinchando, odio los pinchazos. Ese temor personal es el que me ha motivado a innovar métodos mínimamente invasivos, sin cortes ni bisturís.
Una vez que se empieza, ¿se puede parar o ya no hay marcha atrás?
Es una enfermedad no saber frenar a tiempo. Es el llamado síndrome dismórfico y actualmente lo padecen muchos famosos como por ejemplo Nicole Kidman. Creo que Nicole ha abusado del bótox y a mi personalmente no me gustan los rostros que parecen extraídos de dibujos animados. Como médico quiero aportar, añadir valor a la cara, no cambiarla. Tenemos que saber mirar y ver. Ver lo que hay de erróneo y descubrir que le pasa a la cara, a los labios, a las cejas… Hay que tener tiempo, energía y arte para dar al paciente lo que quiere. Se trata de una restauración. Lo que hacemos debe de ser indetectable.
O sea, borrar las arrugas y nada más ¿no?
No se trata únicamente de reducir las arrugas sino de jugar con los volúmenes. Esto es lo que dará juventud y naturalidad al rostro. El gran problema de algunos tratamientos estéticos -los liftings faciales por mencionar alguno- es precisamente esa pérdida de volumen.
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¿Y cómo se gana volumen?
Las dos zonas que principalmente debemos tratar son los ojos y los labios ya que son los rasgos más característicos de la persona. Los primeros con bótox y los segundos con rellenos. Pero rellenos biológicos y reabsorbibles, ya que los productos sintéticos se ven artificiales y los rellenos permanentes causan problemas permanentes.
¿Tanto peso tiene el labio a nivel estético?
Todos los hombres sienten una gran atracción por los labios ya que, en condiciones normales, son el único órgano sexual femenino visible. Además, cuándo por ejemplo falta alguna pieza dental, el labio decae. Y esta falta de volumen provoca una apariencia de envejecimiento global, en todo el rostro. No es en vano que del campo de la odontología hayan salido las proporciones de un labio perfecto, por ejemplo:
• La distancia entre la base de la nariz y el labio superior tendría que ser entre 18 y 20 mm.
• La distancia entre el labio inferior y la barbilla tendría que ser entre 36 y 40 mm.
• El ángulo entre la nariz y labio superior tendrá que ser entre 85º y 105º.
A pesar de ello, no podemos perder de vista que cada mujer tiene una forma de labio propia que no podemos cambiar. Siempre hay que individualizar los tratamientos si queremos obtener buenos resultados.
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¿Y los hombres también se retocan los labios?
Los hombres, sobre todo, se retocan los ojos. Son el marco superior de la cara y tienen un peso estético notable. Podemos tratar las ojeras, elevar las cejas o incluso aumentar el campo visual. Tenemos que ser muy concientes de lo que hacemos, para no afeminar demasiado sus rasgos. El icono de belleza masculino, en general, es una nariz, una boca y una mandíbula muy definidas, una musculatura muy pronunciada y una frente cuadrada.
¿Y el icono de belleza femenino?
Parte superior de la cara más amplia con una frente grande y lisa, ojos redondos, pestañas largas, nariz pequeña y unos labios voluminosos. Buenos referentes de este cánon de belleza son Twiggy, Audrey Hepburn o Marilyn Monroe.
Hablando de famosas…. ¿puede confesarnos el nombre de alguna que usted haya tratado?
El 70% de mis pacientes son celebridades. La gente siempre quiere saber a que famosos trato pero para mi, todos los pacientes son igual de importantes, independientemente de si son actores, políticos, ricos o pobres. En Barcelona, mi máxima prioridad han sido los dos pacientes que he tratado en directo en el Work-Shop Práctico que me ha invitado a realizar la SEMCC. Dos tratamientos "full-face" de microdenervación selectiva con toxina botulínica, y el relleno de arrugas y la remodelación de labios y contornos con ácido hialurónico.
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¿Cuál es su máxima prioridad cuando trata a un paciente?
La salud y la satisfacción de mis pacientes son siempre mi máxima prioridad. Sostengo mi práctica en el estándar más alto y no apruebo los productos que puedan dañar a mis pacientes o no estén autorizados por la Food and Drug Administration (FDA). Actualmente, en el mercado hay muy buenos productos y yo los utilizo a diario. Pero también pienso que estamos en una época peligrosa donde a veces falla la integridad. Pasa cuando los médicos tienen intereses económicos con empresas o laboratorios farmacéuticos, y ofrecen su apoyo incondicional a sustancias peligrosas. Si inyectamos estos productos en el tejido humano nuestro organismo los trata como si fueran un cuerpo extraño, y nuestro sistema inmunológico ataca estas implantaciones causando enrojecimientos, dolor y nódulos. Tampoco aconsejo el uso de algunas toxinas botulínicas del serotipo B; no es el caso de Vistabel, del serotipo A, que es la que los médicos utilizan en España y en Estados Unidos.
Por lo que nos cuenta… un poco incierto el futuro de la medicina cosmética
No, al contrario. Los procedimientos mínimamente invasivos nos permiten reemplazar el corte por las inyecciones. Podemos actuar sin dañar. Actualmente, hemos reducido al mínimo cualquier incomodidad sin comprometer la salud de los pacientes. Y seguiremos avanzando si seguimos luchando por tener una buena bibliografía en el mundo de la medicina cosmética. Demasiado a menudo veo cosas escritas que son inexactas y falsas. Por eso, siempre recomiendo a los médicos del ámbito de la medicina cosmética y estética que se informen, y escojan unas fuentes de investigación reconocidas por su integridad, sin intereses económicos de por medio. Que se aseguren de que las publicaciones que leen reflejen estudios exactos. Con pasión avanzamos, con engaños no.
El Dr. Arnold W. Klein:
• Miembro de 28 organizaciones profesionales incluyendo la Academia Americana de Dermatología.
• Fundador de la Fundación Americana para la Investigación de SIDA (amFAR) y la W Rose-Tarlow-Arnold.
• Fideicomisario de numerosas Juntas Directivas, incluyendo la Fundación Jennifer Jones•Simon, el Centro de UCLA para las Ciencias de Salud y la Fundación de Enfermedad Hereditaria.
• Inventor de numerosas protocolos y procedimientos de medicina cosmética: colágeno para inyectar (1979), técnica para inyectar los labios (1984) o los cinco puntos faciales de inyección del bótox.
• Promotor del término “procedimientos minimamente invasivos” que define como no cortar, y sí inyectar bajo la piel para no dañar.