En Chile, el panorama se presenta totalmente opuesto, tal es así que le emisión de un bono soberano en dólares y otro en pesos obtienen condiciones internacionales históricas para un país emergente como es el nuestro.
El emitido en dólares fue por US$ 1.000 millones y obtuvo tasa de colocación de 90 puntos base, mientras el de la serie en pesos por US$ 500 millones logró tasa de 5,5%.
«La tasa obtenida, la sobredemanda existente y la emisión de un bono en pesos fueron históricas». Así resume Guillermo Tagle, socio de IM Trust y uno de los actores más relevantes del mercado, la emisión de dos bonos globales de deuda por un monto total -equivalente a US$ 1.500 millones- realizada por parte de Chile.
En términos comparativos, los 90 puntos base están muy por debajo de los 150 puntos obtenidos por Brasil, los 228 puntos con que realizó su emisión España o los 727 puntos base sobre la tasa del bono del Tesoro de EE.UU. que obtuvo Bielorrusia este año.
De acuerdo al detalle entregado por el ministro de Hacienda, Felipe Larraín, desde Nueva York, ambos bonos son a 10 años plazo y tendrán vencimiento al 5 de agosto de 2020.
Larraín sostuvo, además, que esta emisión se enmarca dentro de la estrategia del Gobierno para establecer nuevas referencias para emisores chilenos en los mercados internacionales.
El jefe de las finanzas públicas también hizo hincapié en el interés por parte de los inversionistas. A su juicio, esta demanda «dio cuenta de la oportunidad y conveniencia de esta operación, y excedió las expectativas del Ministerio de Hacienda».
La tasa alcanzada por la emisión en dólares «es la más baja que ha obtenido Chile en su historia en los mercados externos -considerando las colocaciones desde 1822- y la más baja de un país latinoamericano», indicó Larraín
Además, el secretario de Estado precisó que la demanda por el bono en dólares llegó a US$ 5.700 millones, es decir, casi seis veces la oferta y la del bono en pesos, fue 7,3 veces mayor a la oferta.
La emisión de dos bonos soberanos por poco más de US$ 1.500 millones tuvo gran acogida entre los inversores lo que, según privados y expertos, representará un potente incentivo para que empresas locales opten por levantar financiamiento en el exterior
Según privados, las positivas condiciones de colocación serán un aliciente para que las firmas chilenas sigan ese camino. En el primer trimestre de 2010 el flujo neto de endeudamiento privado llegó a US$ 450 millones.
El gerente general de la Asociación de Bancos (Abif), Alejandro Alarcón dijo que «un bono chileno que esté tan cercano a un bono de EEUU en un gran logro. Con seguridad esto se traspasará a las opciones de financiamiento del sector privado».
La colocación en el exterior «constituye un benchmark muy atractivo para que las empresas chilenas puedan salir al exterior» sostuvo Tagle de IM Trust. Añadió que la emisión en pesos «podría ayudar a abrir el mercado local a inversionistas extranjeros».
Para Eugenio Claro, de Munita, Cruzat & Claro, la emisión externa beneficiará en gran medida a los proyectos industriales de largo plazo. De acuerdo con la entidad, la tasa alcanzada por esta colocación es la más baja entre los bonos soberanos emitidos en lo que va de 2010.
Mientras, tanto la Sociedad Nacional de Minería (Sonami) como la Cámara Chilena de la Construcción (CChC) coincidieron en que el nuevo bono soberano podría traducirse en un incremento del financiamiento externo de las empresas chilenas. En el caso de la construcción, apuntaron a la conveniencia de incorporar estas emisiones en el marco presupuestario anual del gobierno.
Para las empresas extranjeras que están invirtiendo en Chile esta es una muy buena noticia en todos los sentidos, por lo pronto habrá un abaratamiento en los créditos.
TOMáS PABLO R.