Ese espíritu familiar, esa necesidad del encuentro inspira el trabajo de Luis Cañas, cuyas tres bodegas no sólo comparten una raíz genética común, sino un proyecto coherente, una sólida línea argumental en la que prima la elaboración de unos vinos en conjunto sobresalientes, como mínimo convincentes.
Luis Cañas, Amaren y Dominio de Cair no suelen acertar a fallar. Pueden gustar más o algo menos, pero gustan en todos los casos, sensación que crece con natural facilidad según avanzamos en el escalafón de la oferta de este emblemático grupo.
Primero fue Luis Cañas, consolidada como marca de prestigio en Rioja Alavesa, la misma zona en la que después nació Amaren (1995), el tributo del hijo (Juan Luis Cañas) a su madre ángeles. Y de ahí el salto a Ribera del Duero, apuesta que se resolvió con éxito con la salida del primer vino de Cair en el año 2010.
El grupo nos ofrece, en concreto, tres referencias que destacan por su relación entre la calidad y un precio entre los 17 y 20 euros. Tres elaboraciones esenciales de cada una de las tres bodegas. De Luis Cañas, su Reserva de Familia 2008, un vino vivo con 20 meses en barrica, aromas de frutos rojos y tostados, intenso en su conjunto, sabroso y untuoso en boca, que sabe enriquecer su frescura con una notable consistencia y persistencia.
ángeles de Amaren 2008 (93 puntos en la Guía Peñín y 91 en la Guía Proensa) se define por su nombre celestial, por la expresión de un rioja de tempranillo y graciano redondo, equilibrado, suave y cálido, un tinto envolvente y elegante con 16 meses en barrica en el que cada nota encaja en un ejercicio de delicada armonía.
Y de Cair, su crianza 2009 (92 puntos Proensa), el fruto de viñedos de entre 40 y 50 años, con 14 meses en barrica y 12 en botella. Equilibrio de fruta madura y madera, notas balsámicas y especiadas, de cacao, minerales y lácteos en nariz, para llegar a una boca pulida, amplia, de paso dulce y carnoso, de persistente final. Un Ribera del Duero y dos Riojas para cerrar el año por todo lo alto
Mar Villasante
@marvillasante