No es un asunto baladí. Al parecer, estas instituciones del saber, encargadas de depositar en el mundo a los más preparados y honestos gestores de sus recursos y dirigentes de sus sociedades, estaban fallando en sus objetivos. Sus alumnos deben ser los más capacitados, pero se habían convertido en profesionales sin escrúpulos, olvidado de los valores que han levantado naciones como la honestidad, la fidelidad, la lealtad, la empatía, la sociabilidad, la ética o incluso la lógica. La Crisis Financiera de 2008 y los malos hábitos y comportamientos estándar de los financieros de Wall Street, han provocado que los que preparan a los líderes recapaciten.
La Filosofía ha conseguido ser apartada de las aulas gracias a una falta de demanda social. Incomprensiblemente, los padres modernos prefieren hijos competitivos a vástagos capaces de gestionar sus vidas, sus expectativas, sus sueños, sus objetivos, su entorno, sus sentimientos, su independencia, su consciencia… gracias al desarrollo de la reflexión y a las habilidades del pensamiento.
Hemos recurrido al Profesor de Lógica, Historia y Filosofía de la Ciencia de la Universidad de Barcelona (UB), José Antonio Diez, porque es uno de esos filósofos que ha comprendido la importancia de la divulgación, para que la Filosofía salga de las Universidades y los Centros de Investigación y tome las calles. Pertenece a LOGOS, un grupo de investigadores internacional que trata la filosofía al nivel más erudito, pero también participa en la “III Edición Barcelona Pensa”, una iniciativa que del 14 al 19 de Noviembre acerca esta materia a la gente común.
Gran defensor del proyecto Filosofía 3/18, ínspirado en la obra de Matthew Lipman, Díez nos habla, en esta entrevista que les ofrecemos en vídeo/TV, de la importancia de que las personas sean capaces de identificar dónde está la verdad; porque de lo contrario, siempre seremos objeto de la mentira y de la falta de respeto.
Escuchen.
Gema Castellano @GemaCastellano