La startup Bettair Cities ha desarrollado una tecnología que mide la contaminación del aire con el mismo rango de precisión que las estaciones tradicionales de monitorización, pero a un coste muy inferior y de manera escalable. Han creado una serie de sensores que instalados en diferentes puntos de las ciudades (principalmente en farolas del alumbrado público) y, mediante sus propios algoritmos, capturan información sobre diferentes gases y partículas contaminantes sin necesidad de realizar ningún tipo de calibración a diferencia de los sistemas actuales que son más caros y necesitan ajustes continuos.
«La contaminación es un problema de salud pública que preocupa a los ayuntamientos de todas las ciudades, pero las estaciones tradicionales que existen actualmente para medir la calidad del aire son muy costosas y requieren un calibrado continuo, razón por la cual no se instalan este tipo de equipos» explica su CEO, Josep Perelló.
A partir de la identificación de esta problemática la startup empezó a trabajar en el desarrollo de su tecnología que «no requiere calibración de manera que se reducen costes y resulta fácilmente escalable, porque se puede introducir en varios puntos de la ciudad«. Su objetivo, en palabras de Perelló, es ayudar a «entender el comportamiento de la contaminación urbana para poder actuar de manera local y reducir su impacto en la salud y el medio ambiente«.
Estos dispositivos, compactos y de pequeño tamaño, se instalan en las farolas de las ciudades en cuestión de media hora. Sus sensores pueden medir la contaminación acústica y captar datos sobre siete gases contaminantes diferentes, partículas en suspensión y CO₂, además de la temperatura, la humedad y la presión atmosférica de un punto determinado que se envían posteriormente para su análisis por medio de algoritmos.
Por la noche captan la energía del alumbrado público y durante las horas de sol mediante una batería que llevan incorporada. No necesitan mantenimiento durante un periodo de 2 años, pasados los cuales se reemplaza el cartucho donde están integrados todos los sensores.
La información recopilada por los sensores se conecta con una plataforma informática en la que los usuarios tienen acceso a todos los datos, pueden configurar alarmas y obtener informes automáticos. El sistema se puede conectar a otros dispositivos con tecnología IoT y puede servir a los ayuntamientos para diseñar sus estrategias de ciudades inteligentes de forma efectiva y eficiente.
La startup dirige su tecnología principalmente a ayuntamientos y otras administraciones públicas pero también al sector privado donde ya han llegado a acuerdos con empresas del sector de la construcción o fabricantes de farolas para la iluminación de las ciudades que apuestan por la sostenibilidad.
L’Hospitalet de Llobregat, Girona, Sant Cugat del Vallès, el Prat de Llobregat, Viladecans, Castelldefels y otros municipios del estado español ya han comenzado a experimentar con esta tecnología. Para hacernos una idea «ciudades del tamaño de Barcelona sólo disponen de unas 8 estaciones que miden la calidad del aire y la gran mayoría de municipios de menos de 100.000 habitantes no tienen ningún sensor que pueda evaluar el estado de la contaminación. Con nuestra tecnología ofrecemos una alternativa económica y fácilmente escalable«, destaca Perelló.
Bettair ya ha iniciado su expansión internacional y cuenta con el apoyo de ACCIÓ para introducir su tecnología en otros países. De hecho, actualmente ya está disponible en capitales como Roma o París.
Fundada en 2017, la startup tiene su central en Hospitalet de Llobregat con una plantilla de 15 personas, de los que 5 son doctores y están especializados en el área de I+D. Su tecnología ha recibido diversas premios internacionales.