Insiste en que ha viajado mucho y que, en España, ni siquiera en Madrid o Marbella, existe un “japo” de la categoría y elegancia del Yubari. Nosotros, acostumbrados a rebuscar en lo más recóndito para mostrar en nuestras páginas lo inusual, tampoco lo conocemos. El local está infestado de guiños al Japón más sibarita. Es una alegoría a los pequeños detalles y al simbolismo que la naturaleza imprime en la cultura nipona. La decoración, a cargo de Sergi Rosique, es exuberante y casi ostentosa; sin embargo, está impregnada de un gusto tan exquisito, que nada sobra. árboles, agua, piel, cascadas, maderas, piedra, mar, cielo y luz, que se cuela entre el musgo y los líquenes de la sutil cascada.
El ‘Espacio Sensorial‘ contiene, entre paredes de madera, la mayor colección de whiskies japoneses de España, incluidos Hibiki 21, Mars 3 plus 25 y Yamakazi. Para su cata ritual se ha creado un exclusivo entorno donde también se ofrecen, cómo no, una selección de los mejores “habanos”. No está cerrado, sino que es una isla exquisita en cristal y cuero situada en medio de un espacio de sabores sorprendentes y contradictorios. Se comunica con el “Kiokata”, lugar donde el bartender trabaja en combinación con el pastelero, para conseguir los postres más increíbles y los cócteles que los acompañarán. Las combinaciones con Hibiki 12, té y amargos o el Midori con piña y agua de coco, son las reinas; pero hay unas treinta más.
El restaurante Yubari es el mayor exponente en Barcelona, hoy por hoy, de la alta cocina japonesa. ¡Cuidado! porque si no están atentos, pueden pasar de largo. Situado en la Avenida Diagonal, no se anuncia, sin embargo, con gran boato. Una placa azabache con el anagrama de Yubari en dorado, es suficiente para que el número 339, entre las calles Girona y Bailén, se convierta en la puerta de entrada al universo de la más ilustrada gastronomía japonesa.
Quizás les suene “Yubari”. Y no porque sea una pequeña ciudad situada en el isla de Hokkaido, la segunda más grande de Japón, sino por sus exquisitos melones. Si alguno de ustedes pertenece a la élite de privilegiados en haberlos probado, sabrá que se trata de un híbrido conseguido en los años ’60 de la mezcla del melón americano «Cantaloupe picante» con un europeo de forma redonda. Solo 150 agricultores tienen la licencia para poder cultivarlos y su precio, en subasta, alcanza los más de 12.000 euros la pareja.
Arman Mayilian insiste en que vea con atención los archivos de fotos de su móvil, y es que si de algo se siente orgulloso es de haber elegido uno a uno y pieza a pieza todos los elementos que adornan y componen tanto la decoración como la parte funcional del Yubari. Todo procede de Japón y está realizado de manera artesanal. Porcelanas, materiales… incluso los elementos como las cuerdas que sujetan los enormes troncos de los árboles del restaurante, están realizados a mano.
Es, sin duda, el paraíso del buen gusto oriental, ya que, incluso ensalzando los elementos más emblemáticos de su cultura, huye completamente de la teatralidad con la que ésta se presenta en el mundo occidental. Yubari, con su gastronomía y su allure, nos lleva a un Japón contemporáneo, con mando en plaza en las corrientes más vivas de la tendencia.
El impacto es excepcional al entrar en Yubari. No se olviden de pedir un cóctel antes de que Simone Carena, el manager de sala, los siente en la mesa que hayan elegido. Pueden saborearlo mientras el mismísimo Simone les explica las características de los pescados que, a la vista, manipulan los maestros del sushi. Todo un espectáculo que, por mucho que hayan visto mil veces, aquí es, a todas luces, diferente. Attila Havas, jefe de cocina y único emperador del GastroKio, por supuesto, será quien les aconseje qué comer.
Pero, además de la carta, podrán elegir entre dos menús degustación -entre 70 y 100 euros por comensal- que incluye una selección de sushi y platos tan sofisticados como el “bacalao negro con saikyo miso”, el “solomillo de ternera con risotto de trigo sarraceno”, las “vieiras gratinadas con mantequilla de wasabi y erizos” o el «gyoza de gambas con ponzu de naranja”, entre otros.
Sin duda, el Yubari es lo más parecido al imperio de los sentidos, que incluye, además, una de las más sofisticadas y exclusivas bodegas con las que nos hemos encontrado recientemente. Altamente recomendado por Informativos.Net.
Gema Castellano
@GemaCastellano
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