Novedades en terminales, las justas. Y es que el Mobile World Congress (MWC) vale más por lo que esconde, que por lo que muestra. Durante cuatro días, todos los actores de la “industria universal" se reúnen en un espacio común donde se pacta, se conspira o se negocia, y desde donde se mandan consignas, advertencias, peticiones o imposiciones. Todo un espectáculo. Y el balance, si se está atento, es intrigante; porque si hay una evidencia, es que nadie quiere ceder ni un ápice. Muchas incógnitas deja abiertas esta edición del MWC2015, y todas pasan por el asunto de quien se lleva los beneficios.
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