Desde hace algunos años, los constructores de máquinas agrícolas han entrado en una carrera sin cuartel en la fabricación de los que llaman ô máquinas de precisiónö, es decir, concebidas para recibir y generar toda la información, incluso vía satélite, ligadas a la gestión de la granja o explotación agrícola.
Desde John Deere hasta Case, pasando por Caterpillar o Claas, no existe ni un gran constructor que no quiera optimizar hasta el último metro cuadrado de las tierras de sus clientes. De ahora en adelante, estas grandes marcas han decidido apostar por la informática y hacerse verdaderos artesanos del software de los consejos agrónomos.
Case, por ejemplo, ha adquirido una docena de empresas en tres años, para dotarse de los útiles y las competencias que no poseía hasta ahora, en materia de interpretación de datos y aplicación práctica en la conducta de la granja.
Todo comenzó en EE.UU en 1995, con la aparición de las primeras segadoras equipadas de sistemas GPS ( global positioning system), de localizaci¢n por sat’lite.
Gracias a capturadores electr¢nicos y al GPS, estas m quinas son capaces , durante la recolecci¢n, de analizar las condiciones de la cosecha, como la humedad del grano, en un metro cuadrado.
Los datos, que son tratados, – mediante un programa espec¡fico -, por el ordenador de la granja, establece una cartograf¡a de rendimientos y condiciones. A_o tras a_o, el agricultor puede descubrir, apoyado en estos datos, variaciones no deseadas en una parcela, cultivos de rentabilidad d’bil o estudiar si los fertilizantes realmente han producido efectos positivos.
La segunda etapa se inici¢ en 1998, con la introducci¢n en el mercado americano del tractor de herramientas, equipado de ordenador a bordo y conexi¢n GPS.
Gracias a estas herramientas sofisticadas, el tractor puede modular autom ticamente las dosis de semillas, sin que el agricultor intervenga en ningon momento del proceso.
Los datos recogidos por el ordenador del agricultor son guardados en una peque_a tarjeta electr¢nica , que se carga inmediatamente en el ordenador del tractor y que aparecen en el monitor para ponerse a disposici¢n del propio agricultor. A partir de ah¡, el tractor recibe instrucciones y realiza las tareas impuestas.
Segon los agricultores que han probado estas m quinas, el onico problema que se les presenta es el de interpretar bien los datos recogidos por el ordenador desde el sat’lite: potencia del sol, humedad del aire etc.
Las aplicaciones de la agricultura de precisi¢n son infinitas: mejorar las aportaciones de fertilizantes en funci¢n de las necesidades de sol, jugar con las dosis de pesticidas en funci¢n del grado de la enfermedad etc. Bajo el ojo vigilante del sat’lite y con los datos obtenidos en el ordenador del tractor, el agricultor ya puede dirigir su cybergranja, con datos de una precisi¢n excepcional.
AGRICULTURA DE PRECISIÓN: EL ORDENADOR LLEGA AL TRACTOR
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