No es la primera vez que los científicos ven materia acelerada hasta altísimas velocidades por uno de estos monstruos cósmicos, pero sí es un paso más en el camino hacia la detección de su existencia.
Un agujero negro es una región del espacio donde la densidad es tan alta que su atracción gravitatoria impide que escape incluso la luz, por lo que no se ve. Por ello, su caza se basa en encontrar efectos indirectos en el disco de materia que lo rodea y que va cayendo en el agujero como el agua que entra en un sumidero.
Paul Nandra, del Centro Goddard de la NASA, afirma haber observado, "tal vez por primera vez" la señal de materia que está siendo directamente tragada por uno de estos cuerpos superdensos.
Puede haber agujeros negros de tamaño estelar y agujeros negros con una masa de entre un millón y mil millones de soles comprimida en una región del espacio más pequeña que el Sistema Solar. Nandra ha observado con el telescopio estadounidense-japonés Asca la galaxia NGC3516, situada a unos 100 millones de años luz de la Tierra. Se cree que en su centro hay un agujero negro supermasivo bajo cuya atracción gravitatoria extrema se calienta el gas a su alrededor hasta temperaturas de millones de grados. Nandra ha medido la velocidad de ese gas analizando el espectro de su luz emitida en rayos X.