Los hoteleros de Menorca y Formentera han reclamado al Ejecutivo balear que desarrolle de inmediato la ecotasa, una de las acciones políticas más novedosas y controvertidas de su programa de centro izquierda, nacionalista y ecologista.
Esta opción impositiva había sido reseñada en el pacto multipartido de Baleares como una medida posible a medio plazo, pero la pretensión empresarial puede acelerarla. La iniciativa, reclamada por hombres de negocios de Menorca y Formentera como una fórmula para mejorar la oferta al turismo y controlar la presión vacacional, está aún sin desarrollar ni concretar como proyecto de ley.
El pronunciamiento de las patronales de las islas menores fractura el discurso del PP, que cuenta, sin embargo, con el apoyo indirecto de la patronal de empresarios de Baleares, los hoteleros de Mallorca y las agencias de viajes.
El cobro individual de una cantidad (entre 1.000 y 1.500 pesetas) a quienes visiten las islas (más de diez millones de turistas al año para una población de 800.000 residentes) se plantea como una fórmula de financiación suplementaria para las actuaciones de protección de la naturaleza, el patrimonio monumental y las infraestructuras culturales.