Los expertos indican que la actual escasez de ejemplares en la zona conduce inexorablemente «a la extinción de los osos pardos». El consejero de Medio Ambiente del Gobierno de Navarra, Javier Marcotegui, y el director general del Departamento, Natxo Elorrieta, han presentado en Pamplona los resultados de este estudio de seguimiento, que se ha centrado en el oso Camille, al que el pasado mes de julio se pudo fotografiar por vez primera en sus andanzas nocturnas en el valle navarro de Roncal, en el límite con Huesca.
El Gobierno navarro ha pagado ya 8,5 millones de pesetas de indemnización a los ganaderos cuyas ovejas han sido atacadas por Camille. El oso causó la muerte de 188 animales el pasado año.
Desde hace dos años, veinte expertos de Navarra, Aragón y Francia, coordinados por Jean Jacques Camarra, técnico del Ministerio de Medio ambiente galo y uno de los máximos especialistas en la materia, han seguido las evoluciones de Camille en la frontera de Navarra y Aragón y han intentado en vano capturarlo para colocarle un radiotransmisor.
De los resultados de la investigación sobre Camille, un ejemplar de dieciséis años de edad, 2,8 metros de longitud y 280 kilos de peso, y del estudio general sobre la especie se deduce que en 1983 había trece osos pardos en la vertiente occidental del Pirineo. En 1999 apenas quedan seis entre ellos Papillon, el más viejo de todos y, lo más grave, sólo sobrevive una hembra, Cannelle, de unos diez años de edad.
El informe resalta que Papillon y Camille son machos ya muy viejos y están cercanos a su final biológico, que se producirá en un plazo de seis años aproximadamente. La escasez de ejemplares y el hecho de que sólo subsista una hembra ponen de relieve el grave peligro que corre el futuro de la especie. A juicio de los técnicos que han participado en este programa, conservar los osos pardos es un objetivo que pasa necesariamente por la elaboración de un programa internacional con todos los sectores afectados.