Los residuos peligrosos en España han pasado de ser 43 kilos por habitante en 1990 a 84 kilos en 1995, último año del que constan datos en Eurostat. Según su informe, a mediados de la década de los noventa los europeos producían 27 millones de toneladas de residuos peligrosos al año.
Este estudio ha sido elaborado con las respuestas a los cuestionarios sobre el estado del medio ambiente, que cada dos años envían Eurostat y la OCDE (Organizaciónn para la Cooperación y el Desarrollo Económico) a los estados.
En términos absolutos, sin embargo, España está muy por detrás de países como Bélgica (276 kilos de residuos peligrosos por habitante en 1997) o Luxemburgo (341 kilos el mismo año). Además, el aumento de las cifras españolas se explica, en parte, por los cambios establecidos en la clasificación de residuos. El documento subraya que "los países utilizan nomenclaturas y definiciones distintas, las comparaciones entre países no tienen sino un valor indicativo".
Pese a que la política europea del medio ambiente existe desde hace un cuarto de siglo, el entorno natural europeo sigue degradándose año tras año, como constataba a finales de junio el informe elaborado por la Agencia Europea del Medio Ambiente. Los progresos realizados en la calidad del agua de los ríos o la disminución de las emisiones de gases que destruyen la capa de ozono se ven superados por tendencias como la urbanización creciente, el aumento de los transportes o la cantidad de residuos generados, en particular, los peligrosos.