Los investigadores creen, incluso, que podría alcanzarse un rendimiento doscientas veces superior al de la mejor pila existente en el mercado. El investigador Stuart Licht y sus colaboradores del Instituto de Tecnología de Haifa, en Israel, presentan este importante avance en el mundo de la electrónica. Según sus observaciones, las nuevas baterias son muy superiores a las que existen actualmente en el mercado, las alcalinas. Además, hasta un 75 por ciento de la potencia de estas superpilas es recargable y su fabricación cuesta poco.
Incluso desde el punto de vista ecológico, la creación de estas pilas es una buena noticia, ya que sus componentes dañan menos el medio ambiente que las tradicionales. Todas las baterías transmiten energía eléctrica mediante las reacciones que se producen en sus dos electrodos, el cátodo positivo y el ánodo negativo. Cuando los materiales activos en cualquiera de los dos electrodos se terminan, la vida de una pila llega a su fin.
La superioridad de las nuevas superpilas se debe a un nuevo compuesto de hierro que se ha utilizado para crear el cátodo de la nuevas pilas, denominadas por los israelíes como las "superhierro". Los científicos han comprobado que este material puede mantenerse activo durante mucho más tiempo que el cátodo de óxido de manganeso que normalmente contienen las pilas actuales alcalinas.
El compuesto de hierro que se ha utilizado para crear las nuevas "superpilas" se denomina ferrato (FeO423). Hasta ahora, se creía que este compuesto era inestable, y por lo tanto que no podría servir para fabricar baterías. Licht y sus colegas han demostrado que con tal de que se mantenga puro, el ferrato puede mantenerse estable durante mucho tiempo.
Los científicos han comprobado que los residuos que dejan las pilas, una vez que su material activo se ha terminado, son "relativamente benignos con el medio ambiente".
Las nuevas "superpilas" de hierro podrían empezar a utilizarse dentro de poco en aparatos pequeños comunes, como los walkman o los transistores, ya que los científicos han desarrollado un tamaño AAA de su invento. Estas nuevas pilas podrían tener una gran utilidad en futuras aplicaciones científicas, como por ejemplo los coches eléctricos y los implantes médicos que necesitan energía eléctrica.
Las pilas alcalinas fueron inventadas allá por el año 1860. Cada año se emplean en el mundo sesenta trillones de pilas, la mayoría con elementos contaminantes.