Según el diario flamenco De Morgen funcionarios que realizan estos controles consideran que el procedimiento empleado deja la puerta abierta a abusos. Por ejemplo, la toma de muestras se deja en manos de los veterinarios de las empresas agrícolas y después, sin precintar, se envían a los laboratorios, lo que implica riesgos de fraude.
Los funcionarios reconocen que no es posible organizar de otra manera los controles, pues los análisis no pueden ser realizados sólo por los actuales cincuenta inspectores del Estado, que están desbordados.
El Comité Veterinario de la UE impuso a Bélgica la obligación de acompañar con un certificado de ausencia de dioxinas sus exportaciones de carne de vacuno, porcino o aves y huevos, así como productos derivados con un contenido de grasa animal superior al dos por ciento. Una nueva reunión de este grupo tendrá lugar los próximos días 24 y 25 en Bruselas y en ella las autoridades belgas intentarán lograr que se suavicen estas medidas.