Tradicionalmente en Nicaragua y los países latinoamericanos se ha venido sembrando, hasta no hace mucho, semillas criollas de diversos productos agrícolas.
La tradición de los agricultores ha sido guardar sus semillas cuidadosamente seleccionadas para ser utilizadas en la siembra entrante, mediante un sistema de trabajo bien organizado que permitía a las comunidades el intercambio de semillas.
Estas semillas con características muy especiales que se correspondían con los climas y suelos mantenían, inclusive, un determinado control natural de plagas y enfermedades, logrando producirse de manera excelente.
A finales de milenio, las industrias multinacionales, con la ayuda de los gobiernes títeres del tercer mundo, introducen semillas transgénicas (semillas manipuladas genéticamente), a las cuales se les ha adicionado sustancias tóxicas que afectan la salud de millones de consumidores.
Para el colmo de males, Nicaragua, mediante un convenio bilateral con Estados Unidos, se comprometi¢ a adherirse a la Uni¢n Internacional para la Protecci¢n y Obtenci¢n de Vegetales. Segon los expertos, no traer beneficios a la econom¡a nacional sino consecuencias negativas a la seguridad alimentaria.
Ante esta situaci¢n, organismos ambientalistas, asociaciones de productores y Organismos No Gubernamentales, presentar n en los pr¢ximos d¡as a la Asamblea Nacional un Anteproyecto de Reformas a la Ley General de Medio Ambiente, para evitar que Nicaragua privatice las variedades vegetales nativas, que garantizan la seguridad alimentaria.
«La ciencia actual no es capaz de predecir los riesgos que puede producir la liberaci¢n al ambiente de los organismos modificados gen’ticamente, sobre la biodiversidad, la salud humana y animal, afirm¢ el director de la Fundaci¢n Nicarag_ense de Promotores de Salud Comunitaria, CECALLI.
Los nicarag_enses tienen todo el derecho a saber que est n bebiendo y comiendo. Si la Biodiversidad es un derecho onico de los nicarag_enses, mayor es el compromiso de oponerse a que esta sea arrebatada por las transnacionales de semillas y pesticidas.
Este tipo de convenios atentan contra la cultura, las condiciones clim ticas de la regi¢n y la ‘tica de nuestros pueblos que a lo largo de estos 507 a_os de resistencia ind¡gena, negra y popular comparten una tradici¢n comunitaria en armon¡a con la PACHA MAMA, Madre Naturaleza. (Ni/QR/Ong/Ec/mc)
NICARAGUA CONTRA LOS TRANSGENICOS Y LA PRIVATIZACIÓN VEGETAL
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