Un hecho notable se está desarrollando larvadamente en el Parlamento chileno. A espaldas de la ciudadanía se ha aprobado un Proyecto de Ley que pretende legislar sobre Internet. Es posible que sus autores estén motivados por muy buenas intenciones. Pero están intentando sentar un predecente cuyas consecuencias no parecen haber medido. La lectura del texto del proyecto muestra un notable desconocimiento de los mecanismos, de la arquitectura y de la filosofía del medio sobre el que se pretende legislar. Pueder tratarse de simple candor o de inconfesables segundas intenciones. Insertamos, aquí, los detalles del asunto, su gestación, sus autores y la redacción original del texto elaborado. También se incluye la dirección en Internet, de la Cámara de Diputados de Chile, con el fin expreso de que los usuarios de Internet puedan enviar sus opiniones directamente a la entidad gestora desde cualquier parte del mundo. Tras lo anunciado, he agregado una carta dirigida al señor Presidente de la Cámara de Diputados de Chile donde manifiesto mi opini¢n personal sobre el citado proyecto. Los lectores quedan en completa libertad para apoyar o criticar mis opiniones.
Boletin 2395-19
(31 de agosto de 1999)
N¡ de Bolet¡n: 2395
Establece un sistema de regulaci¢n de INTERNET.
Materia:
Ciencias y Tecnolog¡a
Fecha de Ingreso: 07/09/1999
Iniciativa: Moci¢n
Tipo de proyecto: Proyecto de Ley
C mara de Origen: C mara de Diputados
Urgencia actual: Sin Urgencia
Etapa: Primer tr mite constitucional
Subetapa: 1er Informe de Comision
Autores:
Guillermo Ceroni Fuentes
Patricio Cornejo Vidaurr zaga
Carlos Abel Jarpa Wevar
Enrique Krauss Rusque
Juan No_ez Valenzuela
Carlos Olivares Zepeda
V¡ctor Reyes Alvarado
Sergio Velasco De la Cerda
Carlos Vilches Guzm n
Edmundo Villouta Concha
Articulo Primero: El que difunda o propague a traves de los sistemas, redes y procedimientos de Internet, o de otros servicios de igual naturaleza, informaciones, contenidos o noticias contrarias a la moral, el orden publico, o las buenas costumbres sera sancionado con una multa de 15 Unidades Tributarias Mensuales.
Igual sancion se aplicara a quienes usen dolosamente tales servicios y redes con el proposito de incitar al odio y la discriminacisn contra grupo de personas en razon de su raza, nacionalidad, sexo o religion; y a los que utilicen esos servicios o redes para difundir pornografia o efectuar una apologia de la violencia.
Articulo Segundo: Sera competente para conocer y fallar las causas a que diere lugar la aplicacion de la norma anterior, el Juez de Policia Local correspondiente, el que aplicara el procedimiento a que se someten las causas bajo su juridiccion.
Articulo Tercero: La autoridad respectiva tratara que en los programas de estudio de la ensenanza basica y media se contengan cursos destinados a ensenar la forma de utilizar las redes y servicios de internet o de otros servicios de igual naturaleza, con la finalidad de difundir la cultura.
Articulo Cuarto: El que para difundir sus servicios o programas a traves de las redes de internet, utilicen procedimientos que enganen sobre el contenido verdadero de los programas o «Servicio», sera sancionado con la pena establecida en el articulo primero.
Articulo Quinto: La correspondiente autoridad que tenga que ver con la materia, dara a conocer a la comunidad dentro del plazo de seis meses las tecnicas idoneas que los usuarios de los servicios de internet pueden usar voluntariamente para filtrar o controlar el contenido de los programas difundidos a traves de las redes senaladas.
web@congreso.cl
Al HH.
Sr. Presidente de la C mara de Diputados de Chile
Don Carlos Montes
REF: Proyecto de Regulaci¢n de INTERNET (Bolet¡n No. 2395)
En mi calidad de uno de los millones de usuarios de la red Internet, por varios a_os a esta fecha, me dirijo a Ud., con el fin de manifestarle mi m s absoluta reprobaci¢n y extra_eza por la iniciativa expresada en el Proyecto de Regulaci¢n de Internet. Hago presente a Ud que me asiste la certeza de que esta opini¢n es compartida por una abrumadora mayor¡a de usuarios de este Medio Internacional de intercambio cultural y, especial, enf tica y decididamente por quienes llevamos m s a_os haciendo uso de ‘l. La experiencia nos va confirmando que la mayor virtud de este medio es la total e irrestricta libertad de interacci¢n entre los individuos del Planeta.
Evidente y l¢gicamente, aqu¡ se dan excesos que permiten observar hasta d¢nde son capaces de llegar los individuos. Y todo queda en eso. Una comprobaci¢n m s que nutre la experiencia colectiva en permanente maduraci¢n y detecci¢n ver¡dica de la lucha eterna entre el Bien y el Mal. Flaco favor se hace al individuo pretendiendo preservarlo en una c psula impoluta. Peor aon si la pretensi¢n se intenta sobre la Humanidad completa. De dudosa ‘tica y hasta rid¡culo si se aplica sobre un conglomerado humano con l¡mites geogr ficos. Uno llega a preguntarse si los parlamentarios gestores del proyecto tienen claro el concepto de «crecer». Qu’ tipo de adultos se pretende para Chile…? Conocen las fronteras de Internet…? Internet no es el «Catecismo» de una determinada Iglesia. Es la versi¢n completa de La Vida Real Misma en permanente actualizaci¢n.
Consiento que tan amplia libertad infunde temores y aprehensiones a cierto tipo de personas, grupos y, en particular, a pol¡ticos y aparatos gubernamentales. Estos no son, precisamente, quienes mejor comprenden, sostienen y abogan incansablemente por la perfecci¢n creciente de una verdadera Democracia. No puede predicarse sobre «libertad de expresi¢n», de «opini¢n ciudadana», sobre criterios democr ticos y, al mismo tiempo, impulsar este tipo de iniciativas, sin desconocer el calificativo de hipocres¡a que tal actitud merece a sus gestores.
Quienes hemos derivado hacia Internet, en todo el Mundo, y utilizamos este medio como el oltimo, m s futurista, m s complejo, poderoso y pujante reducto de libertad plena de expresi¢n de todas las inquietudes de la Especie Humana lo hemos hecho tras una exhaustiva comprobaci¢n de que los tradicionales y mal llamados «Medios de Comunicaci¢n de masas» est n irremediablemente controlados y afectados por variados intereses econ¢micos, pol¡ticos y religiosos. Tambi’n, en Internet, se dan esas expresiones. Pero no pueden impedir la irrupci¢n libre de cualquiera persona que puede rebatirlos o apoyarlos en un plano de igualdad que no existe en ningon otro canal de expresi¢n humana conocido hasta hoy. Esta es la virtud trascendental de Internet. He aqu¡ un medio de expresi¢n que refleja a la Especie Humana en toda su complejidad. Pueden deambular aqu¡ todos los vicios y virtudes de la especie. Los humanos de verdad con todos sus atributos, sublimes y perversos, eximios o ignorantes, nobles y plebeyos, poderosos y mendicantes. Es aqu¡, en Internet, donde tienen el mismo peso espec¡fico las mayores corporaciones y organismos del Mundo y personas individuales digitando ideas propagadas con id’ntica diligencia, eficacia y trascendencia.
Ruego a Ud., aceptar, de la mejor manera posible y con la mejor de las intenciones, esta aseveraci¢n personal:
«Cualquier intento de control legislativo sobre Internet revela cretinismo.»
Cualquiera entidad, en cualquier parte del Mundo, que pretenda aplicar medidas de censura, control, o la simple intenci¢n de legislar sobre este medio revela a sus autores como anacr¢nicos, incapaces de concebir cabalmente la infinita versatilidad, potencialidad, e inagotable riqueza de recursos inteligentes, humanos y tecnol¢gicos en constante progreso que van dando forma y expresi¢n viva a Internet. Esta red es la expresi¢n m s fidedigna de las ansias de libertad de expresi¢n y de difusi¢n al infinito del quehacer humano. Ha ido y seguir mostrando la creatividad, inteligencia y todas las capacidades humanas a la misma velocidad como nuestra especie evoluciona. Es un medio grandioso, a la medida de nuestra especie. A su im gen y semejanza.
Por lo anterior, pronostico respetuosamente a Ud., y a los autores, un lastimoso papel como el grupo de parlamentarios responsables que ha impulsado tan peregrino proyecto y que nos encargaremos de difundirlo lo m s ampliamente posible a nivel mundial.
Con profundo desagrado, compruebo, una vez m s, que nuestros representantes, elegidos tras prometer un espec¡fico Programa de Gobierno, en lugar de dedicar sus esfuerzos a hacer todo lo posible por acercar su ejercicio a las palabras empe_adas, ocupan buena parte de su tiempo a elucubrar, a espaldas de la ciudadan¡a, proyectos de Ley e iniciativas inconsultas o no planteadas previa y poblicamente. En cambio, sentidas aspiraciones ciudadanas son demoradas, desnaturalizadas o duermen a la espera de legisladores m s consecuentes con principios que con caudales electorales propicios de coyuntura.
Se_or Montes, Ud comprender que aqu¡ radica buena parte del origen del desprestigio actual de los pol¡ticos y de la desconfianza que inspiran a sectores cada vez m s amplios del cuerpo social. Una verdadera tergiversaci¢n deliberada, consciente, de las intenciones declaradas y del poder delegado de buena fe por los electores.
Dir¡a Ud., Sr. Montes, que el Proyecto aludido «refleja una sentida y mayoritaria aspiraci¢n ciudadana», o, por el contrario, es el simple fruto de inmaduras, inconsultas, pobre o sesgadamente ilustradas y superficiales apreciaciaciones de un grupo de parlamentarios sobre un medio que no alcanzan a comprender…?
Quien le escribe tiene leg¡timas aprehensiones sobre el origen y la intencionalidad del citado Proyecto, de momento que se lo ha iniciado y se tramita al amparo del desconocimiento y la desinformaci¢n ciudadana.El suscrito est profundamente convencido de comprender a cabalidad lo que Internet representa, especialmente porque acarrea la experiencia de haberse desempe_ado durante 15 a_os como Animador Radial y Libretista (Comunicador Social de masas) hasta el a_o 1973, fecha desde la cual ha visto frustrados los intentos por volver a ejercer tal actividad con plena libertad hasta los actuales d¡as. Como de este trato podr¡a deducirse una conclusi¢n equivocada, me adelanto a explicar que no soy responsable de acto alguno meritorio de sanci¢n legal. Se trata, simplemente, de una censura a opiniones pol¡ticas y econ¢micas. He podido comprobar el ejercicio de la censura actual a mis opiniones en reiteradas oportunidades en los medios de comunicaci¢n tradicionales. En tales casos, Internet ha sido el medio para denunciar esos hechos a la comunidad Internacional. Afirmo, entonces, con toda propiedad, que, en Chile, se ejerce una censura selectiva de la opini¢n ciudadana en los medios tradicionales de comunicaci¢n masiva. Afortunadamente Internet no pertenece ni obedece a clanes, ni a poderes econ¢micos, pol¡ticos o religiosos. Somos millones quienes confiamos en que as¡ permanezca. Somos, tambi’n, los mismos quienes emplearemos todo el poder comunicacional interactivo mundial de Internet para denunciar y abortar decididamente cualquier intento por coartarla, sea cual fuere el argumento esgrimido.
La comunidad de Internet (Usenet, en particular, para ser precisos) observa, a modo de diversi¢n cruel y dolorosa, c¢mo son utilizados los medios tradicionales de comunicaci¢n de masas para distorsionar criterios e imponer opiniones, conductas, corrientes, modas y liderazgos. Tenemos el triste placer cotidiano y reiterado de comentar los esfuerzos de los poderosos de turno de toda ¡ndole, en todos los lugares de la Tierra, por manipular a la opini¢n poblica. Este canal de expresi¢n Universal, Internet, se convierte, as¡, en la onica conciencia confiable, viva y cr¡tica de la Historia Humana. Aqu¡ todos los criterios tienen cabida. Los usuarios nos reservamos el derecho pleno, irrenunciable, intransable e indelegable, a coincidir o discrepar. Nos agrada ejercer la verdadera Adultez de la Especie Humana. As¡ la ejercemos y la mantendremos, a pesar de cualquier concepto peregrino, antojadizo, limitado por arrogancias surgidas de coeficientes intelectuales individuales, limitados por ese simple hecho natural incuestionable. Estas expresiones no pretenden ofender sino poner las cosas en su lugar. Ninguna persona o grupo de personas deber¡a imponer criterios a otros en el campo de los conceptos humanos. Internet es el Universo pensante que representa a la Especie Humana en su totalidad. As¡ lo queremos. Las visiones parciales, dirigidas, manipuladas, independiente de las intencionalidades y de los pretextos o intereses, son propias y evidentes en todos los dem s medios de comunicaci¢n. Los usuarios de Internet pertenecemos a una cofrad¡a cosmopolita en crecimiento constante, omnifac’tica, la m s completa y universal muestra de lo que es nuestra especie. As¡ la queremos. Aon somos una ‘lite, en el intelecto y en los recursos. Distamos de ser masivos localmente. Por esa sencilla y transitoria condici¢n, los medios tradicionales pueden aon cantar victorias pasajeras. Pero el Futuro de la Humanidad amanece en Internet.
Sinceramente y sin el m s leve asomo de prepotencia, pero con plena confianza en que, a pesar de ser tan s¢lo uno entre millones, represento un sentir lapidariamente mayoritario de la Comunidad de Internet, solicito a Ud., formalmente, que sugiera, al grupo de parlamentarios gestores del proyecto aludido, lo retiren a la brevedad posible e informen poblica y masivamente de su desestimiento.
Como Ud, Sr Montes, y todos los parlamentarios en ejercicio en Chile lo comprender n, debo ser consecuente con estas expresiones m¡as vertidas en esta carta. Por tanto, ella ser difundida ¡ntegramente, mediante Internet, a nivel Mundial, y tantas veces como sea necesario hasta lograr el desestimiento y abandono total del desafortunado proyecto que la ha motivado.
Sin otro particular, saluda Atte., a Ud,
Valentin Marchant
Desde Santiago de Chile