La sequía en Chile llegó con una de cal y otra de arena, pero únicamente para los productores de uva. Por un lado ocasionó una baja en la cantidad de uvas, pero por otro, provocó la producción de una de las mejores uvas de los últimos años.
La mayoría de las viñas vinícolas del país concluyeron la cosecha entre febrero y abril. La cantidad de uva fue menor, pero la calidad supera a las mejores cosechas de los últimos años.
Empresarios del Valle de Colchagua, lugar donde se centra gran parte de la producción de vino, dijeron que pese a la disminución en la cantidad, las uvas cosechadas son más dulces y del calidad excelente para la producción de vino. Esto gracias a la baja de lluvias.
La falta de lluvias fue suplida por el regadío. Pero en los años en que hubo exceso de lluvias, la producción fue mayor, pero la uva no obtuvo el nivel de azúcar necesitado, ni el mejor color para la producción de vino. Cerca del 44 por ciento de las exportaciones chilenas vienen de la industria, entre las que se encuentra la industria del vino, pero con un bajo porcentaje.
En cambio, otras frutas y productos de la tierra que se exportan desde Chile y que representan uno de los mayores ingresos para el pa¡s, se vieron afectados por la sequ¡a, una de las peores del siglo. (Cl/Yz/Co/Rn/ap)
VINO CHILENO
241