Los animales domésticos aportan compañía, devuelven sobradamente el afecto que reciben, introducen en niños y jóvenes los necesarios conceptos de rutina y responsabilidad, nos ponen en contacto directo con un ser vivo rico único e irrepetible en necesidades, apetencias, gracias y todo tipo de detalles.
Además, con frecuencia, los animales domésticos inducen a pasear a personas poco predispuestas a hacerlo, e incluso pueden constituirse en valiosa ayuda para quienes padecen problemas psicológicos o largas enfermedades. Aportan un efecto tranquilizante y, según recientes investigaciones, con su presencia producen en ciertas personas una disminución en la presión arterial y el nivel de ansiedad.
«Son una gozada» exclamaría convencido el niño al que acaban de regalar el ansiado y solicitadísimo perrito, pero +cómo nos portamos con nuestras mascotas? +Las alimentamos y mantenemos adecuadamente, las llevamos periódicamente al veterinario, les proporcionamos un espacio y un tiempo suficiente para su diversi¢n y relaciones con otros animales de su especie…? Mediante una encuesta a nivel nacional a 626 personas que poseen una o varias mascotas, CONSUMER se ha acercado a las actitudes y comportamientos de quienes poseen animales de compa_¡a, tanto en las grandes ciudades (Madrid, Barcelona, Sevilla, Valencia y Bilbao) como en urbes medianas (Pamplona, A Coru_a, Santander, Badajoz, Ja’n…), peque_as (Aranda de Duero, Calpe, Chipiona, o Eibar), y en pueblos (como Agurain, Ar’valo o Carboneras) e incluso en varios de menos de 2.000 habitantes, como Quel (La Rioja) o Mayorga (Valladolid). No es esta, la de d¢nde reside el propietario de un animal de compa_¡a, una cuesti¢n intrascendente. Al contrario: a lo largo de toda la encuesta se comprueba que, en general, en las grandes ciudades los due_os de las mascotas son m s escrupulosos con la alimentaci¢n y el cuidado sanitario de los animales, mientras que este esmero decrece conforme lo hace el nomero de habitantes de la localidad. Dos ejemplos para esta aseveraci¢n: si, de media, s¢lo un 4% de los propietarios de un perro carecen de la cartilla sanitaria correspondiente, esta proporci¢n se triplica, llegando al 12% en los pueblos de menos de 2.000 habitantes. Y el segundo: si en las grandes ciudades s¢lo el 27% de los encuestados da frecuentemente a su perro restos de comida (segon los expertos, es mejor alimentarlos exclusivamente con piensos), la proporci¢n se dispara hasta el 64% cuando estos viven en un pueblo peque_o.
El animal de compa_¡a preferido sigue siendo, sin duda, el perro (lo pose¡an el 56% de los encuestados), seguido de los p jaros (25%) y el gato (22%). En las grandes ciudades proliferan, respecto a nocleos urbanos m s peque_os (en los que casi son inexistentes), tortugas, hamsters, conejos de indias y especies ex¢ticas como la iguana y la ardilla.
El control sanitario que ejerce sobre el animal su propietario difiere mucho segon la mascota de que se trate y de d¢nde resida con su due_o (en la ciudad o en un pueblo peque_o). En concreto, los perros se cuidan mucho mejor que los gatos: tan s¢lo el 4% de los due_os de perros no poseen cartilla sanitaria de su can, frente al 39% de propietarios de gatos que admiten no contar con esa cartilla. La proporci¢n de gatos sin cartilla se eleva hasta el 67% en los pueblos.
Algo similar sucede con las vacunas. Entre quienes poseen gatos, siete de cada diez les vacunan, pero en pueblos con menos de 2.000 habitantes s¢lo tres de cada diez cumplen con esa medida preventiva tan recomendable. A los canes se les vacuna mayoritariamente: en m s del 90% de los casos, pero este porcentaje desciende notablemente en las peque_as localidades.
C¢mo se alimenta a las mascotas
La mayor¡a de los propietarios de gatos (84%) les dan piensos preparados, la mejor manera de alimentarlos, ya que contienen todo lo que nutritivamente necesitan y les ahorran los muy diversos problemas que les causa la ingesti¢n de sobras de nuestra comida. Estos piensos son menos utilizados en las localidades peque_as, aunque tambi’n est n muy extendidos en ellas (61%), si bien es donde m s sobras de comida se dan a los gatos. Lo mismo ocurre con los perros: un 83% de los encuestados dice que alimenta a su can con piensos, cuyo consumo est muy implantado en ciudades y en pueblos (algo menos). Ahora bien, los due_os de perros que habitan en grandes ciudades les facilitan sobras de comida en s¢lo un 27% de los casos, mientras que en los pueblos esta proporci¢n alcanza el 64%.
Otra conclusi¢n es que el perro es el animal m s caro de mantener: de media, m s de cinco mil pesetas al mes. Le sigue el gato, que sale a unas 3.300 pesetas. Y la tortuga es la m s barata: 615 pesetas al mes. Por otro lado, este pasado verano amigos y familiares fueron el recurso m s comon para quienes viajaron y no se llevaron a su animal de compa_¡a. La otra alternativa m s habitual fue dejar al perro (20% de los casos) o al gato (36%) solo en casa. El recurso a centros especializados que acogen y atienden a animales de compa_¡a (con un coste cercano a 1.000 pesetas el d¡a) es todav¡a muy minoritario: 4% en perros y 1% en gatos.
Bien aceptados en casa
La mitad de los entrevistados por CONSUMER asegura, por otra parte, que en el espacio donde reside no cuenta con suficientes espacios verdes para el paseo y esparcimiento de sus perros. Y s¢lo una cuarta parte afirman que su animal de compa_¡a le genera problemas en su hogar. Los m s comunes son destrozos en el mobiliario, suciedad y disminuci¢n de la libertad personal. Otro dato interesante: la mujer se encarga de atender a diario a la mascota familiar en doble proporci¢n que el hombre.
Esta encuesta, por oltimo, ha detectado algunos h bitos incorrectos entre propietarios de mascotas. Veamos algunas: un 25% de quienes tienen aves instala la jaula en la cocina, el lugar menos adecuado. La mitad de quienes poseen un h mster o un conejillo de indias no le facilita unas piedras para que pueda roer y evitar as¡ el crecimiento desproporcionado de sus dientes. Y un 32% de quienes disfrutan de peces reconoce que en alguna ocasi¢n ‘stos han padecido hongos, lo que indica falta de higiene en el acuario o pecera.
Control municipal sobre los perros, insuficiente
El nomero de perros sin registrar en el ayuntamiento de la localidad donde residen sus due_os (el 46% de los encuestados) supera al de los que est n censados (el 41%), lo que indica que las autoridades municipales no controlan a un buen nomero de canes, ni, por supuesto, cuenta con informaci¢n sobre las razas a que pertenecen. Y ello ocurre a pesar de que pr cticamente ninguno de los propietarios de perros encuestados discuta la necesidad y la obligatoriedad legal de registrar a los canes, y de que un 2% de ellos reconoce que su perro est calificado de peligroso. Por otro lado, s¢lo un 31% asegura que su perro porta un microchip electr¢nico con su identificaci¢n. El uso de este sistema est m s generalizado en las grandes ciudades (53%) que en las localidades peque_as (9%). La obligatoriedad de este microchip var¡a segon comunidades aut¢nomas, pero su utilizaci¢n garantiza el registro del animal en el ayuntamiento correspondiente. El veterinario que coloca el microchip electr¢nico al perro trasmite sus caracter¡sticas al ayuntamiento. El precio medio de este microchip es de 4.562 pesetas.
A los municipios les corresponde la elaboraci¢n de un censo municipal de perros cuya finalidad es el control y localizaci¢n de cada animal. Porque son los ayuntamientos quienes se encargan de retirar de la circulaci¢n los animales extraviados o abandonados para que no representen un peligro para otros animales ni para los vecinos. La autoridad municipal podr confiscarlos cuando existan indicios de maltrato o tortura, y ordenar su aislamiento si se les diagnostica alguna enfermedad trasmisible al hombre. Tambi’n tiene la potestad de emitir unas tasas por la tenencia y disfrute de mascotas con el fin de obtener recursos para sufragar los servicios municipales destinados a los animales dom’sticos.
El perro, la mascota preferida
M s de la mitad de las personas que poseen un animal dom’stico tienen un can como mascota. La segunda especie con m s adeptos son los p jaros (el 25% de los encuestados) y el tercer puesto lo ocupan los gatos (22%). Los perros y los gatos son, con mucha diferencia, los animales m s frecuentes en poblaciones peque_as. El resto de mascotas (h msters y conejos de indias, especies ex¢ticas y tortuga) son casi exclusivas de familias que viven en urbes m s pobladas. Por otro lado, el 64% de las personas entrevistadas tiene un solo animal, mientras que el 16% cuenta con dos y el 7% con tres. Pero es muy comon que las mascotas de un hogar sean de la misma especie: s¢lo el 12% de quienes poseen mascotas disfruta de dos especies diferentes de animales y s¢lo un 3% llega a tener tres. El gato sin pedigr¡ es el m s abundante entre los amantes de los felinos (un 50%), seguido del siam’s (32%) y el persa (12%). Entre los perros, tambi’n los que carecen de pureza de raza demostrable predominan (33%), seguidos del pastor alem n (10%). Las razas consideradas peligrosas, como dogo , presa mallorqu¡n, doberman y el rotwailler, apenas representan el 2% del total de perros en nuestro pa¡s, segon los datos de la encuesta de CONSUMER.. Ya en otra especie, el canario es el rey de las aves (49%), delante del periquito (27%), el loro (6%) y el jilguero (4,5%). M s de la tercera parte de las personas que tienen una pecera o acuario desconoce a qu’ especie pertenecen sus ejemplares. Entre los que contestaron, un 17% aseguraron que pose¡an peces de agua fr¡a, mientras que un 24% eran de agua caliente. Por otro lado, dos de cada tres propietarios de tortugas aseguraron que su especie es de agua, mientras que un 25% dijeron que era de tierra.
Dejar la mascota en una residencia, una rareza
Los amigos y familiares son el recurso m s habitual entre quienes desean irse de viaje y no se llevan a su mascota (70% en el caso de las personas con perros y 48% en las que tienen gatos). La otra alternativa m s comon es dejar al perro solo en casa (20%), lo mismo que con los gatos (el 36%). Esta segunda opci¢n es la m s habitual en quienes viven en localidades peque_as, mientras que la primera es la favorita de los habitantes de las grandes urbes. Ahora bien, de los que dejan sola a su mascota, el 10% lo hace con la tranquilidad de que alguien pasar por casa en su ausencia. La opci¢n de las residencias para mascotas est muy poco extendida, y es algo m s frecuente en los perros (4%) que en el de los gatos (1%). Su uso es casi exclusivo, en ambos casos, de los due_os de mascotas que viven en grandes ciudades.
Viajar con mascota
El C¢digo de Circulaci¢n establece que los animales no viajar n en el asiento delantero del coche. Lo har n s¢lo en el trasero y con una protecci¢n que impida el paso a la parte delantera. Pero segon el medio de transporte, puede variar la norma. S¢lo los perros lazarillo pueden acompa_ar siempre a su propietario. Los autobuses, metro y trenes de cercan¡as tienen prohibido el acceso de animales, con las excepciones que el conductor o revisor determinen bajo su propia responsabilidad. En trenes de larga distancia y barcos, est n permitidos los animales de compa_¡a, pero deben viajar en el departamento de equipajes y en el interior de una jaula especial para ellos. Cada empresa de transporte es m s o menos tolerante con los animales de peque_o tama_o (menos de cinco kilogramos) y puede permitir que ‘stos acompa_en al propietario en su asiento, pero el revisor tiene la potestad de anular este privilegio. El avi¢n es el medio que mayor aceptaci¢n muestra ante las mascotas de peque_a talla, y las de mayor peso deber n facturarse con el equipaje. El responsable de la aeronave tendr , en caso de duda, la oltima palabra y decidir si el animal viaja con su due_o o debe ir en la bodega con el equipaje. La UE exige, para la circulaci¢n de los animales de compa_¡a entre los diversos pa¡ses comunitarios, la cartilla sanitaria con el certificado de vacunaci¢n antirr bica, el certificado oficial de salud en cualquiera de los idiomas oficiales y la identificaci¢n por uno de los m’todos que reconoce la UE: tatuaje o chip.
Con s¢lo un perro, que no es de raza y sale a 5.000 pesetas al mes En nuestro pa¡s, el propietario m s habitual de un animal de compa_¡a responde al siguiente perfil: – Posee un perro que no es de raza – Gasta en manutenci¢n y atenci¢n sanitaria unas 5.000 pesetas al mes – Considera que en las ciudades no hay espacios verdes suficientes para paseo y esparcimiento de su perro – Si piensa ir de vacaciones sin su can, prescinde de las residencias para mascotas y opta por dejarlo al cuidado de amigos o familiares, o solo en casa – Cuida bien de su perro: la inmensa mayor¡a tiene su propia cartilla sanitaria y es vacunado cuando lo requiere – Lo alimenta con piensos, aunque en localidades peque_as se recurre mucho a las sobras de comida – Quien lo atiende diariamente es una mujer de unos 40-50 a_os – En general, est satisfecho de su animal de compa_¡a, pero si tuviera que quejarse de algo mencionar¡a los destrozos en el mobiliario, la suciedad que genera en la vivienda y la disminuci¢n de libertad personal que entra_a su atenci¢n.
Cuando adquiera un animal de compa_¡a…
Exija la factura
Solicite garant¡as. La garant¡a es la responsabilidad adquirida por el vendedor frente a las posibles anomal¡as o defectos ocultos del animal. Deben garantizarle que la mascota est libre de enfermedades hereditarias o de origen infeccioso durante un periodo de tiempo prudencial: de diez a quince d¡as para enfermedades infecto-contagiosas y de por vida para los defectos hereditarios. Puede exigir una indemnizaci¢n o rescindir el contrato de compraventa en el caso de adquirir un cachorro enfermo, pues su intenci¢n era la compra de un animal en perfecto estado de salud. Las garant¡as que le ofrecen deben constar por escrito, preferiblemente en la misma factura.
Ojo con el pedigr¡. El certificado de or¡genes es un documento emitido por la Real Sociedad Central de Fomento de las Razas Caninas, en el que figuran los ascendientes del animal, identificando a sus padres, abuelos y bisabuelos, tanto paternos como maternos. Acredita tambi’n su calidad gen’tica. Si le est n vendiendo (y cobrando) un perro o gato como de pura raza, que lo demuestren.
La cartilla sanitaria, en regla. Es un documento individualizado para cada animal, cumplimentado por un veterinario. Deben figurar, en ‘l, todas sus vacunas y las incidencias relevantes de su historial cl¡nico hasta el mismo momento de su venta. Cualquier omisi¢n o defecto de forma en su cumplimentaci¢n, la invalida, y el carnet pierde todo su valor.
Todos estos documentos son papel mojado si el animal no tiene una identificaci¢n o marca inequ¡voca que le distinga y le determine como onico y singular. No hay certeza de que la documentaci¢n que nos entrega el vendedor pertenezca al animal que deseamos comprar si esos documentos describen muy vagamente al animal y ‘ste responde de igual modo a la descripci¢n de la cartilla.
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