A principios del mes de junio el periodista cordobés Miguel Clariá, advirtió al gobierno provincial que en los barrios de esta capital existe «barriles de¦pólvora» prontos a estallar, refiriéndose a la situación social. También dijo que no es necesaria la presencia de activistas o grupos de izquierda para que esto ocurra.
La situación en la provincia, y en especial en la ciudad de Córdoba en los últimos seis meses no deja margen de dudas: la desocupación creció en este periodo, llegando al 14,7 %, sumada a la subocupación, estos índices rondan el 30 %. Casi un millón de cordobeses, de una población estimada en unos 3 millones de habitantes, viven con menos de 2 dólares diarios.Cientos de familias han recibido en las últimas semanas órdenes de desalojo o de remate de sus viviendas.Por otro lado, diferentes hechos van marcando el final de la luna de miel delasotista., como lo sucedido con los cortes de ruta en Cruz del Eje, la toma de la dependencias de la Secretaría de Derechos Humanos de la Provincia por parte de los Vecinos Autoconvocados, las distintas reuniones que los desocupados tienen en la ciudad para reagruparse, etc. Todos estos son los elementos que Clari ha tomado para realizar la advertencia al gobierno.
Ni lerdo ni perezoso, el gobierno de dela Sota ha incorporado un nuevo, es decir m s represivo, esquema de «seguridad» para hacerle frente a los futuros conflictos que se avecinan.
En lo sustancial este es el nuevo aparato de represi¢n:
712 nuevos patrulleros, 100 motocicletas, 20 autos el’ctricos, 20 cuatriciclos, 900 nuevos agentes policiales, 2500 chalecos antibalas, 1000 escopetas Maverick calibre 1270, 700 pistolas 9 mm marca Bersa, 36 renault trafic…
Para este nuevo esquema se dividi¢ al ejido urbano capitalino en dos comandos policiales, norte y sur, divididos por el r¡o Suqu¡a. Para concluir, segon manifest¢ el ministro de Gobierno Osacer Gonz lez, «el gobierno maneja la hip¢tesis de que en los pr¢ximos meses aumentar n los enfrentamientos con los delincuentes, (¡ndice que ya en el primer semestre fue el m s alto de los oltimos 10 a_os) y hay probabilidades de estallidos sociales, con cortes de rutas y de calles, para lo cual la polic¡a debe estar preparada.»
3. La muerte de Maximiliano Reyna (13), baleado por otros menores en la puerta de un baile, puso sobre el tapete la cuesti¢n de las peleas entre barras juveniles. Estad¡sticas policiales citadas por diferentes medios de comunicaci¢n hablan de 8 muertes en enfrentamientos de estas caracter¡sticas en los oltimos tres meses en la ciudad de C¢rdoba.
La rivalidad m s fuerte se dar¡a entre barras de los barrio O_a y SEP.
El comisario Horacio Pagano, Jefe de la Divisi¢n Homicidios de la Polic¡a de la Provincia de C¢rdoba manifest¢ su asombro a una radio local, se_alando que cosas como esa «no ocurr¡an en nuestra ‘poca», para aludir luego a que las familias de donde provienen los integrantes de esas barras son » familias normales, familias no muy conflictivas…». Sin embargo cuando otro periodista lo entrevist¢ y le indic¢ que la mayor¡a de los j¢venes pertenecientes a estas bandas son hijos de polic¡as retirados o en servicio, y que cuando son detenidos por la polic¡a reciben un trato muy diferente al de cualquier otro detenido, Pagano dijo desconocer totalmente estos datos. Es de notar que por casos de mucha menor gravedad la polic¡a allana a mansalva villas o barrios enteros de la ciudad. En la misma semana en que se supo de la muerte de Maximiliano Reyna hubo un allanamiento con m s de 300 polic¡as en un barrio marginal de C¢rdoba para buscar a un joven de 19 a_os, presunto autor de un asalto.
ARGENTINA: MEDIDAS DE SEGURIDAD MAS REPRESIVAS CONTRA LA SUBVERSIÓN DEL HAMBRE
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