Tal como habíamos anticipado, la ôfamosaö red electrónica Echelon sigue siendo motivo de nuestra investigación periodística, ya que ningún medio de comunicación de la Argentina (de los llamados importantes) se hizo eco de lo que es ôun secreto a vocesö. La Cámara de Diputados de la Nación comenzó a mostrar signos de preocupación debido al funcionamiento de la Red Echelon, que según se asegura es una nueva clase de violación de la intimidad: el ciberespionaje. Así lo denominó el periodista e historiador escocés Duncan Campbell, el pasado 23 de febrero, ante la Comisión de Libertades Públicas del Parlamento Europeo.
AL SERVICIO DE SU MAJESTAD
Este fenómeno, desatendido y descuidado en los últimos años, no debería sorprender. Como consecuencia de la globalización de las telecomunicaciones y los cambios en la agenda internacional, el uso de la más sofisticada tecnología digital para el espionaje por parte de los servicios de inteligencia de los países más desarrollados, es sistem tico.
Por este motivo el diputado nacional peronista Eduardo Di Cola (Provincia deC¢rdoba), present¢ un proyecto de ley que propone la creaci¢n de una Comisi¢n Bicameral, en el seno del Congreso de la Naci¢n, «encargada de investigar la situaci¢n de espionaje a la que podr¡a estar sometida la Repoblica Argentina, su gobierno, las instituciones poblicas y privadas, inclusive sus propios ciudadanos, por parte de estados extranjeros o entes supranacionales o multinacionales».
«La Comisi¢n Bicameral Especial deber avocarse espec¡ficamente a reunir toda la informaci¢n que permita confirmar, ampliar, ponderar o desestimar las causas que motivan la creaci¢n de esta comisi¢n», dice el proyecto.
El proyecto de referencia agrega que: «a tal efecto, se la faculta para requerir y recabar de los entes oficiales y privados, vinculados a las comunicaciones y/o la inform tica que operen en el pa¡s, toda la informaci¢n que considere pertinente, pudiendo recurrir al uso de la fuerza poblica, de ser imprescindible».
En el texto legal puesto a consideraci¢n de la C mara Baja se establece que «la comisi¢n estar integrada por ocho (8) diputados nacionales y el mismo nomero de senadores nacionales, quienes representar n en forma proporcional a las agrupaciones pol¡ticas que participan en la conformaci¢n del Congreso. Los miembros de la comisi¢n deber n, en un plazo de seis (6) meses, desde el momento de su constituci¢n, elaborar un informe definitivo al Congreso de la Naci¢n de todo lo actuado, con sus respectivas conclusiones y propuestas».
«La comisi¢n podr , por onica vez, prorrogar por seis meses m s su cometido, si el tiempo le hubiera resultado insuficiente», concluye el proyecto de ley.
En los fundamentos de la presentaci¢n elevada por el diputado nacional Eduardo Di Cola se hace referencia a que «el sistema Echelon es una inmensa red de vigilancia global que, a trav’s de sat’lites, intercepta comunicaciones telef¢nicas, faxes y e-mails en todo el mundo».
«Si bien este sistema – agrega – fue desarrollado con prop¢sitos defensivos durante la Guerra Fr¡a (con ‘l se vigilaban mutuamente los gobiernos estadounidense y sovi’tico), hoy se lo utilizar¡a, no s¢lo para el espionaje comercial o industrial (con enorme beneficio para grandes empresas multinacionales, en lo que hace a sus operaciones y contratos internacionales), sino, y fundamentalmente, para un espionaje de tipo pol¡tico. El objetivo oltimo parece ser s¢lo uno: el control absoluto del mundo».
Se destaca que: «la red ultra secreta Echelon est dirigida actualmente por la National Security Agency (NSA), de origen norteamericana, y la agencia brit nica Comunicaciones Gubernamentales (GCHQ), en la que tambi’n participan Canad , Australia y Nueva Zelanda».
«Segon los dichos de Duncan Campbell – se agrega – las comunicaciones argentinas y las del resto de los pa¡ses latinoamericanos son sistem ticamente monitoreadas desde cuatro bases localizadas en Sabana Seca (Puerto Rico); Leitrim (Canad ); Sugar Grove (Estados Unidos); y Menwith Hill (Gran Breta_a)».
En los fundamentos tambi’n se manifiesta que «durante los primeros d¡as de marzo del corriente a_o, el ingeniero argentino Ariel Garbarz, consultor especializado en protecci¢n de l¡neas telef¢nicas, se_al¢ haber comprobado en el mes de enero de 2000 que 21 l¡neas del Ministerio de Econom¡a estaban intervenidas, v¡a sat’lite, desde el exterior, con la misma tecnolog¡a que utiliza Echelon y que as¡ lo inform¢ a las autoridades de dicho organismo».
M s adelante se detalla: «Garbarz afirma haber comprobado que la computadora interceptora es de la firma AST, uno de los dos proveedores de la NSA estadounidense. Dicha terminal trabajar¡a con el software STG, el cual s¢lo puede ser comprado por la Secretar¡a de Inteligencia del Estado (SIDE), onico organismo autorizado legalmente en la Repoblica Argentina».
«Un elemento m s que agrava la situaci¢n -se sostiene – es que los sistemas de codificaci¢n de los programas de Microsoft, Netscape y Lotus exportados desde los Estados Unidos, est n especialmente adaptados para facilitar la decodificaci¢n por parte de la NSA».
Es por todo ello que: «este fen¢meno de ciberespionaje, particularmente en ‘pocas de paz, plantea dilemas entre el nuevo campo de libertades y posibilidades creativas que generan las redes digitales de informaci¢n; y las nuevas y m s sofisticadas formas de espionaje por parte de intereses econ¢micos o pol¡ticos en conflicto por las primac¡as».
Por oltimo sostiene el diputado peronista Di Cola que: «como Naci¢n libre que es la Repoblica Argentina, hoy somos v¡ctimas de un espionaje global que atenta contra nuestros derechos, violando aquellos espacios que antes eran reservados al secreto y la raz¢n del Estado; violando al mismo tiempo y de manera sistem tica los derechos individuales de los ciudadanos argentinos».
Lo verdaderamente sospechoso es que los legisladores tratan de ocultar todo lo que saben sobre esta cuesti¢n. Es m s, una diputada nacional aliancista (oficialismo), quien pidi¢ reserva estricta de su identidad, confirm¢ que fue testigo visual de las antenas que la Red Echelon tiene instaladas en la isla de Puerto Rico.
La cuesti¢n es que ni Robinson Crusoe estar¡a a salvo de ser observado permanentemente sin que ‘l lo sepa alguna vez.
Daniel Eduardo Raddi
Corresponsal Informativos.Net en Am’rica Latina