Siempre han existido mujeres que se han encontrado a disgusto en este estado de dependencia, de encerramiento y de silencio fisico y psiquico al que estaban sometidas a causa de su sexo. Algunas, de una forma u otra, lo han dejado escrito o lo dijeron mas o menos abiertamente con sus reacciones y resistencias: Safo de Lesbos (625-580, a.c.), Leonor de Aquitania (s. XII), Cristina de Pisan (s. XIV-XV)…
Violante de Montcada (s. XV), al igual que otras muchas abadesas de su tiempo, se opuso energicamente a la imposicion de la clausura. Margarita de Navarra (s. XVI) ironizo al «Decameron» de Bocaccio y le replico en el «Heptameron». Maria de Gournay (XVI), hija adoptiva de Montaigne, publico un tratado sobre «la igualdad de hombres y mujeres» en el que protesta energicamente de la situacion.
Sor Juana Ines de la Cruz (s. XVII), ademas de ser una excelente poetisa, reclamo para las mujeres el derecho de hacer teologia. Mary Ward (s. XVII), fundadora de las «damas inglesas», tuvo muchisimas dificultades con los varones de la curia romana, a causa de sus ideas sobre la vida religiosa y no estaba nada de acuerdo en ser tratada siempre con referencia a los varones: «¥Como si en todo fueramos inferiores a otra criatura que supongo debe ser el hombre!»
Por citar solo unas pocas de las mas conocidas en la cultura occidental, aunque de diferentes paises y epocas, en circunstancias y estados de vida diversos. Otras se quejaron y dolieron desde el anonimato. Pero sin duda, hay que reconocerlas a todas ellas como autenticos germenes para la historia de liberacion posterior.
Sin embargo, la sociedad, el tiempo y, por supuesto, la historia escrita e interpretada siempre por varones se encargaron de ignorar, minimizar o deformar corrientes y personas que trataron de esquivar o de protestar ante situaciones que consideraban injustas, e incluso olvidaron sus obras y realizaciones.
Pero las mujeres explicitamente inconformistas fueron siempre las menos. La mayoria respeto e interiorizo, durante siglos, el limitado marco vital, ideologico y moral que se les concedia, asi como los roles y los estereotipos femeninos. Consideraron casi normal una determinada forma de ser y de sentirse «inferior», y se movieron con cuidado en el reducido espacio que se les imponia, y asi tambien, en silencio, se acumulo sufrimiento y se padecio una frustracion mas o menos concientizada. Hemos de acercarnos a finales del siglo XVIII para encontrar ya un numero mayor de mujeres que, aunque todavia no organizadas, tuvieron el valor y la conciencia para comenzar a tratar de evidenciar publicamente las opresiones sexistas y de reivindicar sus derechos.
El feminismo, como tal, comenzo a desarrollarse incipientemente ya desde finales del siglo XVIII y durante el XIX. Lo hacia inserto en los movimientos sociales de liberacion racial, politica, laboral, colonial, economica… sexual (que tambien participa del resto de las opresiones), porque, en definitiva, todas esas luchas apuntan a un objetivo comun que es la liberacion.
Dentro de este marco, exigiendo sus propios derechos, surgen tambien los movimientos feministas, entre una carrera de dificultades y desprecios, que pone de relieve los atropellos y las injustas relaciones entre los sexos. No ha existido jamas una corriente mas ridiculizada, despreciada y desprestigiada que esta.
En esta epoca comienza ya algo de lo que seran posteriormente los movimientos pacifistas: el «International Council of Women» crea en 1899 un comite para la paz (Peace and International Relations), un paso importante aunque desconocido. Es interesante conocer que precisamente las mujeres son pioneras en este campo.
Igualmente hay que contar con la aportacion de las mujeres en los movimientos pacifistas cuaqueros en los Estados Unidos que, ademas, ya en el siglo XIX, caen en la cuenta de la relacion entre pacifismo y liberacion de las mujeres.
Todo ello hay que irlo leyendo conjuntamente y en esta clave de clarificacion de la conciencia y de la busqueda de cambio y de las relaciones humanas, a pesar de los pesares, entre las ambig_edades del llamado progreso y las dificultades estructurales practicas. Son pasos minoritarios pero en una misma direccion para la promocion de unas relaciones diferentes entre las razas, los pueblos, las clases sociales, los sexos, la religion, la politica. Son intentos incipientes, no logrados aun, todavia estan en germen, hacia unas relaciones mas igualitarias y participativas, y vistos en perspectiva, ningun paso en el avance es aislado.
EL DESPERTAR DE LAS MUJERES
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