En El Salvador después de la reforma educativa que fuera impuesta por el gobierno a principios de 1970, el nivel educativo entre la población, al contrario de mejorar empeoro. Hoy, cifras de organismos internacionales señalan que el salvadoreño es el de más bajo perfil educativo en toda Latinoamérica, datos muy contrarios a las dadas por el gobierno.
Opuesto a los muy publicitados programas estatales de las dos últimas administraciones de Educación, basta con hacer un recorrido en las zonas rurales del país. En las regiones de bajos recursos el sistema educativo actual únicamente beneficia a no más de un 10% de toda la población apta para ser educada, mayoritariamente en el área urbana.
El proyecto del Ministerio de Educación de Nicaragua contempla la participación activa de la comunidad en su planificación y ejecución de la actividad educativa. Sin embargo esto ha quedado en el papel como tantas otras cosas y que han justificado fuertes presupuesto, recursos invertidos en cosas tan alejadas de la educaci¢n.
El Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo se_ala que apenas uno de cada cinco ni_os nicarag_enses termina la primaria. Las menos favorecidas son las ni_as. Todo esto se debe a la desatenci¢n del Estado al rea educativa, a la pobreza y la marginaci¢n. (Sv/QR/Au-Pno/Dh/mc)
Carlos Figueroa