Una ola de asaltos que va en aumento y la pobreza de varias familias que se ubican en las calles, caracterizan la llegada de la navidad. Estas realidades contratan con las luces de casas y locales comerciales y la fastuosidad de adornos navideños importados.
Para los asaltantes no importa si es de día o de noche, si tienen que matar, y a quien, o si el botín es pequeño, y profundizan la violencia. Para las familias pobres no importan los medios y drogan a sus hijos para que soporten el hambre y el calor, el asunto es lograr una caridad en esta época del año.
Al referirse a la delincuencia, el Presidente Luis González Macchi insistió en culpar de estos asaltos a supuestas organizaciones mafiosas y a ciertos políticos que intentan provocar una convulsión social con un «plan desestabilizador».
Mientras tanto, la inseguridad ciudadana crece y la pobreza se hace más evidente en esta época del año. (Py/QR/Pno-Au/Pb-Cs/ap)
Paola Rodríguez