La ecotasa prevé recaudar 12.000 millones de pesetas al año y servirá para que el gobierno balear financie la mejora de zonas turísticas y la recuperación de espacios rurales y naturales. El gobierno del PP y los principales empresarios y turoperadores rechazan la ecotasa, prueba de su nula sensibilidad ambiental, y de su falta de visión, pues el paisaje y la conservación del medio ambiente son los requesitos básicos para asegurar la sostenibilidad del turismo.
En 1999 más de 657 millones de personas viajaron fuera de las fronteras de sus países en viajes de turismo, según la Organización Mundial del Turismo (OMT). Los ingresos del turismo internacional en 1999 ascendieron a 449 millardos de dólares, cifra en la que no se incluyen los pasajes aéreos. El turismo emplea a 255 millones de trabajadores en todo el mundo, es decir, a uno de cada nueve trabajadores y genera cerca del 10,7% del PNB mundial. El turismo supone un 13% de los gastos de consumo, la mayor cantidad después de la dedicada a la alimentaci¢n.
Para el a_o 2010 la OMT estima que se llegar a mil millones de turistas internacionales y unos ingresos de 1.550 millardos de d¢lares, cuatro veces superiores a los de 1996. El crecimiento del turismo internacional ha sido espectacular: se ha pasado de 25 millones en 1950 a 657 millones en 1999. El aumento del nivel de renta y del tiempo libre, unido a la reducci¢n del precio real de las tarifas a’reas, crean las condiciones para que el turismo siga creciendo.
El turismo tiene efectos positivos, pero tambi’n negativos. Entre los positivos est la creaci¢n de empleo, el incremento de los ingresos econ¢micos, el permitir mayores inversiones en la conservaci¢n de espacios naturales, el evitar la emigraci¢n de la poblaci¢n local, la mejora del nivel econ¢mico y sociocultural de la poblaci¢n local, la comercializaci¢n de productos locales, el intercambio de ideas, costumbres y estilos de vida y la sensibilizaci¢n de los turistas y de la poblaci¢n local para proteger el medio ambiente.
Los posibles ingresos futuros por turismo son una poderosa raz¢n para conservar importantes ecosistemas y algunas especies emblem ticas. Brasil, por ejemplo, puede obtener muchos m s ingresos por turismo conservando el Pantanal que los que obtendr¡a con su destrucci¢n, merced a la hidrov¡a, las plantaciones de soja, la ganader¡a extensiva y la extracci¢n de oro, y lo mismo cabe decir de la Amazonia, una regi¢n aon sin apenas desarrollo tur¡stico. El turismo es una alternativa econ¢mica para conservar bosques aut¢ctonos, zonas homedas, r¡os sin presas y litorales, o algunas especies, como los gorilas de monta_a en Ruanda, la fauna salvaje en Kenia o los osos en Alaska. Aunque el turismo tiene importantes impactos, en muchos casos ‘stos son inferiores a los de otras actividades econ¢micas, como la miner¡a, la industria forestal, los monocultivos agr¡colas, la ganader¡a extensiva, los grandes embalses, la extracci¢n de petr¢leo y carb¢n o las industrias contaminantes.
El turismo es uno de los pocos sectores intensivos en empleo, y en todo tipo de empleos, desde los m s cualificados a los menos, y es una de las pocas alternativas a la destrucci¢n de empleo ocasionada por el cambio tecnol¢gico y la globalizaci¢n, junto con la reducci¢n de la jornada laboral. Es tambi’n un sector donde coexisten desde la gran multinacional a miles de peque_as empresas familiares. En la pr¢xima d’cada se espera crear m s de 100 millones de empleos en el sector tur¡stico en todo el mundo.
Entre los efectos negativos, tan importantes como los positivos, est el incremento del consumo de suelo, agua y energ¡a, la destrucci¢n de paisajes al crear nuevas infraestructuras y edificios, el aumento de la producci¢n de residuos y aguas residuales, la alteraci¢n de los ecosistemas, la introducci¢n de especies ex¢ticas de animales y plantas, el inducir flujos de poblaci¢n hacia las zonas de concentraci¢n tur¡stica, la p’rdida de valores tradicionales y de la diversidad cultural, el aumento de la prostituci¢n (turismo sexual), el tr fico de drogas y las mafias, m s incendios forestales y el aumento de los precios que afecta a la poblaci¢n local, que a veces pierde la propiedad de tierras, casas, comercios y servicios.
Los flujos tur¡sticos contribuyen al cambio clim tico, a las lluvias cidas y a la formaci¢n del ozono troposf’rico, pues los transportes a’reo y por carretera son una de las principales causas de las emisiones de di¢xido de carbono, ¢xidos de nitr¢geno y otros gases contaminantes, y a la p’rdida de biodiversidad, tanto de forma directa como indirecta. De una forma capilar, el turismo afecta a todo tipo de ecosistemas, desde el litoral destruido por una muralla de hormig¢n, a las monta_as donde se asientan las estaciones de esqu¡, o, como los Alpes, son invadidas por millones de excursionistas. Los campos de golf son hoy una de las principales atracciones tur¡sticas, con graves repercusiones a causa del consumo de agua y el empleo de plaguicidas. Una regi¢n tan rida como Andaluc¡a realiza costosas campa_as de promoci¢n del golf en toda la prensa internacional. Pr cticamente ningon lugar se salva del turismo, desde la Ant rtida, donde la presi¢n es cada vez mayor, al Everest, contaminado por centenares de toneladas de residuos abandonados por las moltiples expediciones.
Ningon pa¡s ni regi¢n quiere verse privado de las rentas del turismo, salvo Corea del Norte, Afganist n, Sud n y algon otro pa¡s, y probablemente por poco tiempo. El turismo internacional es uno de los aspectos de la globalizaci¢n, y probablemente uno de los que tendr mayores repercusiones.A pesar de que el turismo es una causa importante del deterioro ambiental, es muy poco lo que se ha estudiado, en comparaci¢n con otros problemas de mucha menor importancia, y cuando se relaciona con el medio ambiente, se abordan aspectos marginales, como el ecoturismo, que todav¡a es un mercado incipiente y poco consolidado. Existe una complacencia acr¡tica, y en la mayor¡a de las publicaciones y p ginas en los grandes medios de comunicaci¢n supuestamente de periodismo ambiental se promociona esta industria que tanto afecta de forma negativa a la naturaleza, ya sea para captar publicidad o nuevos lectores ansiosos de emplear su dinero y su tiempo desplaz ndose a nuevos lugares o descubrir una nueva ruta que recorrer, tras desplazarse en autom¢vil.
Muchas de las campa_as de promoci¢n del turismo supuestamente sostenible son meras y h biles operaciones de imagen, pues el derribo de un hotel obsoleto, un carril bici, la recogida selectiva de residuos o algon equipamiento para ahorrar energ¡a o agua, o lavar menos veces las toallas, no evitar n las graves repercusiones insostenibles del turismo. En primer lugar por los desplazamientos en modos motorizados y todo lo que ello supone, desde infraestructuras (aeropuertos, autov¡as, aparcamientos, puertos deportivos, carreteras de todo tipo, funiculares, trenes de alta velocidad) a las emisiones a causa del consumo de combustible, m s cuando los turistas se desplazan miles de kil¢metros en avi¢n. Y en segundo lugar, por las repercusiones en el lugar de acogida, desde la infraestructura de alojamiento, al consumo de agua, energ¡a y otros recursos, ruido y contaminaci¢n.
La mayor parte del turismo no es sostenible, y lo m s sostenible es lo que aparentemente no lo es. Benidorm, con la gran concentraci¢n de hoteles, apartamentos y cerca de medio mill¢n de turistas en el mes de agosto en apenas 12 kil¢metros de costa, es mucho m s sostenible que ese mismo nomero de turistas de forma dispersa (el llamado turismo de calidad) afectando a decenas de kil¢metros de costa. Puestos a destruir el litoral, cuanto menos se destruya mejor, y las altas densidades permiten reducir los desplazamientos y acometer las inversiones adecuadas en depuraci¢n de aguas y tratamiento de residuos. Lo ecol¢gico son los rascacielos. Cuanto m s altos mejor, como en la pel¡cula de Bigas Luna localizada en Benidorm, y lo antiecol¢gico son los chal’s y las urbanizaciones dispersas con jard¡n y piscina individual. Lo m s insostenible es ese supuesto turismo rural y de aventura en veh¡culos 4×4, degradando las zonas que aon no lo est n y con los mayores consumos de recursos per c pita, cierto ecoturismo a pa¡ses lejanos o ese turista del mundo rico que no quiere ser considerado turista, sino viajero o aventurero, como si estuvi’semos en la ‘poca de Orellana o de Marco Polo, que recorre miles de kil¢metros en avi¢n (el modo de transporte con mayores emisiones y consumo de energ¡a por viajero-km) para pasar un par de semanas o el mes de vacaciones en Vietnam, Zimbabue, Namibia, Ir n o China.
La mayor parte de la poblaci¢n de los pa¡ses en desarrollo aon no participa de los flujos tur¡sticos, salvo las ‘lites, pero las cosas empiezan a cambiar en muchos lugares, y se abrir n nuevos mercados en Asia y Latinoam’rica para las nuevas clases medias. En 1999 Francia fue el destino m s visitado del mundo (70 millones), seguido por Espa_a (51 millones), y Estados Unidos el pa¡s que registr¢ m s ingresos por turismo internacional, mientras que Espa_a ocupa un cuarto lugar (unos 30.000 millones de d¢lares). Los doce primeros pa¡ses por ingresos tur¡sticos en 1998, segon la OMT, fueron los siguientes: Estados Unidos, Italia, Francia, Espa_a, Reino Unido, Alemania, China, Austria, Canad , Australia, Polonia y M’xico. La participaci¢n de Am’rica Latina en el turismo mundial es aon peque_a, pero crece r pidamente. Cuba ha duplicado el nomero de turistas desde 1995, aunque M’xico es el primer destino tur¡stico. La regi¢n mediterr nea, con 46.000 km de costa, es el principal destino tur¡stico mundial, con cerca de 180 millones de turistas y 6 millones de camas hoteleras, y es tambi’n donde se registra un mayor deterioro ambiental. En Italia el 43% del litoral est totalmente urbanizado y el 28% parcialmente.
El turismo en Espa_a
Espa_a es la cuarta potencia tur¡stica mundial por ingresos de divisas y segunda por nomero de visitantes, y probablemente la primera en ingresos netos de divisas. En 1999 hubo 51 millones de turistas extranjeros propiamente dichos, m s que habitantes. Segon la OMT siete de cada 100 turistas eligieron Espa_a como destino. Somos la California de Europa, estamos al lado del mayor mercado emisor (el 70% de los turistas internacionales son europeos), la accesibilidad es cada vez mejor por avi¢n y en autom¢vil privado, y los competidores se ven amenazados por el integrismo (Egipto, Argelia.), la inestabilidad y la seguridad ciudadana (casi toda -frica, algunos pa¡ses latinoamericanos y asi ticos) o los conflictos civiles. El onico gran competidor en el turismo de sol y playa es el Caribe. La f¢rmula espa_ola se basa en las cinco eses: sun, sex, sea, sand y sangr¡a. Para el 2020, segon la OMT, Espa_a recibir 71 millones de turistas, un 40% m s que en 1999, ocupando segon las previsiones de la OMT el cuarto lugar mundial, tras China (137 millones), EE UU (102,4 millones) y Francia (93,3) y por delante de Italia, Reino Unido, M’xico, Rusia y la Repoblica Checa.
El nomero de establecimientos hoteleros en Espa_a asciende a 13.800, con un total de 569.802 habitaciones que suponen 1.087.529 plazas hoteleras, aproximadamente el 4,7 por ciento de la oferta mundial. Espa_a cuenta con 226.081 bares y cafeter¡as, 58.886 restaurantes, 13.800 establecimientos hoteleros, 125.000 apartamentos tur¡sticos, 2.992 centrales de agencias de viaje con un total de 3.574 sucursales, 1.171 c mping, 226 puertos deportivos, 176 campos de golf, 112 estaciones termales y 28 estaciones de esqu¡. Y la oferta sigue aumentando cada a_o.
El modo de transporte m s utilizado por los turistas internacionales que nos visitan fue el avi¢n (71%), seguido del transporte por carretera (25%), y el resto lleg¢ por v¡a mar¡tima o ferrocarril. Adem s de los visitantes extranjeros, hay que destacar que la mayor¡a de los espa_oles pasan sus vacaciones en Espa_a. En 1999 Espa_a ingres¢ por turismo 5 billones de pesetas, mientras que los gastos de los espa_oles en el exterior no llegaron al bill¢n; los ingresos netos fueron por tanto de m s de 4 billones de pesetas (cerca de 23 millardos de d¢lares). El turismo interior y exterior representa el 11% del Producto Interior Bruto (PIB), y aporta cerca de 1,6 millones de empleos (el 11% de la poblaci¢n ocupada total). El 80% del turismo se dirige a la costa, lo que convierte a las playas en uno de los pilares b sicos de la econom¡a espa_ola, frente al 20% del interior. Muchas playas pueden desaparecer por el cambio clim tico.
Turismo sostenible
El desarrollo tur¡stico debe ser sostenible a largo plazo, viable econ¢micamente y equitativo, desde una perspectiva ‘tica y social para las comunidades locales. El turismo m s sostenible es el que se hace en casa, leyendo un libro, delante del televisor o conectado a Internet, o paseando por el barrio. Pero como en el mundo real el turismo es un fen¢meno de masas, que responde a necesidades reales y creadas, y que cada vez tendr m s importancia, por el aumento del nivel de renta y de tiempo libre, y adem s las poblaciones beneficiadas necesitan fuentes de ingreso y empleo, conviene encauzarlo y regularlo, con el fin de reducir sus repercusiones globales (emisiones del transporte a’reo y por carretera) y locales (p’rdida de biodiversidad, degradaci¢n de recursos) y asegurar su sostenibilidad.
La ecotasa puede frenar el crecimiento de la oferta tur¡stica, ante las consecuencias de la masificaci¢n, fen¢meno que ya afecta a la mayor parte del norte del litoral mediterr neo. Baleares, con una poblaci¢n estable de 797.000 habitantes, cuenta con 390.000 plazas tur¡sticas y recibe anualmente once millones de turistas, casi todos por avi¢n, el modo m s contaminante. Se ha recomendado introducir el concepto de capacidad de carga en la industria tur¡stica, limitando su nomero, especialmente en las zonas sensibles, como parques nacionales y reservas protegidas. El Ministerio de Medio Ambiente deber¡a preparar un aut’ntico Plan de Turismo Sostenible, que vaya m s all de un cat logo de buenas intenciones. Las repercusiones globales del turismo se pueden reducir aumentando la fiscalidad ecol¢gica sobre los combustibles, especialmente el queroseno (combustibles de los aviones), el gas¢leo y la gasolina y otros recursos, como el suelo, el agua o los residuos que se vierten. El medio ambiente con precios entra, y sin instrumentos fiscales no se cumplen los fines.
A nivel local se pueden formular las siguientes recomendaciones:
1. Promover la producci¢n local y ofrecer alimentos de la zona, a ser posible ecol¢gicos y sin productos qu¡micos (plaguicidas, abonos qu¡micos, aditivos), as¡ como elaborar menos regionales.
2. Reducir y minimizar la generaci¢n de residuos: elegir envases retornables, rechazar productos con envoltorios superfluos y destinar los residuos org nicos a la producci¢n de compost. Utilizar papel reciclado y blanqueado sin cloro en los folletos tur¡sticos, eliminar el PVC y organizar la separaci¢n en origen, la recogida selectiva y el reciclaje. Aumento de los impuestos sobre los envases.
3. El turista medio en Espa_a consume 440 litros diarios de agua, que llegan a 880 litros en los hoteles de lujo, y adem s este consumo se produce en los meses m s secos. La importancia de ahorrar agua es clave. Utilizar tecnolog¡as eficientes en grifos y retretes, construir instalaciones para recoger el agua de lluvia, cambiar las toallas y s banas s¢lo cuando sea necesario, usar plantas aut¢ctonas en los jardines e informar a los clientes sobre la necesidad de ahorrar agua. Paralizar la construcci¢n de nuevos campos de golf. Promover pocas y grandes piscinas poblicas frente a muchas peque_as piscinas individuales, con una pol¡tica de precios del agua que grave los consumos
excesivos.
4. Depurar las aguas residuales y reutilizarlas para el riego del c’sped o la agricultura, tal como hace Benidorm, por ejemplo. No abusar de los detergentes de limpieza con
agentes qu¡micos y fosfatos. Nuevos impuestos sobre los productos t¢xicos.
5. Ahorrar energ¡a: usar paneles solares para calentar el agua sanitaria y energ¡as renovables (e¢lica, minihidr ulica, fotovoltaica) para producir electricidad. Optar por electrodom’sticos y bombillas fluorescentes compactas de bajo consumo y vigilar el correcto aislamiento t’rmico y acostico de los edificios. Prioridad a los ventiladores frente a los despilfarradores aparatos e instalaciones de aire acondicionado.
6. Construir de manera ecol¢gica y respetuosa con el paisaje y el medio ambiente. Hacer uso de materiales locales de producci¢n propia, no t¢xicos y aptos para el reciclaje. Adaptarse a la arquitectura tradicional. Promocionar la arquitectura bioclim tica, y la alta densidad con mezcla de actividades frente a la urbanizaci¢n dispersa. Urbanismo, viviendas y materiales deben igualmente adaptarse al clima local, reduciendo, por ejemplo, los consumos de electricidad en refrigeraci¢n en los meses punta de julio y agosto. El arbolado, las ventanas peque_as, el uso de persianas y contraventanas, los patios interiores con fuente, el encalado de fachadas, el aislamiento t’rmico y acostico o los muros gruesos, aseguran el confort t’rmico sin requerir aparatos de aire acondicionado, que son enormes devoradores de electricidad. Una pol¡tica de precios altos de la electricidad, con una fiscalidad ecol¢gica, eliminar¡a el despilfarro.
7. Evitar el tr fico de veh¡culos privados. Promover el transporte poblico, el senderismo, el uso de bicicletas y el montar a caballo. Fomentar la peatonalizaci¢n de los cascos urbanos. Reducir el ruido, y obligar a cumplir la normativa a bares y discotecas. Y por encima de todo reducir la distancia de los desplazamientos en transporte a’reo y en veh¡culo privado. Promocionar el turismo local frente al internacional, y procurar que los desplazamientos en modos motorizados sean lo m s cortos posible. Una pol¡tica fiscal que grave la gasolina, el gas¢leo y el queroseno, ayudar n a cumplir estos fines.
8. Respetar la cultura local. Preservar los monumentos, tradiciones, artesan¡a y la fauna y flora. Proteger y regenerar los espacios naturales. Frenar la especulaci¢n urban¡stica y la construcci¢n de grandes infraestructuras, como autov¡as, embalses, puertos deportivos o aeropuertos.
9. Evitar las actividades de ocio que sean nocivas para la naturaleza, como las motos de trial, los 4X4 y las ruidosas, peligrosas y contaminantes motos acu ticas. Promover las excursiones que permitan conocer mejor la flora y la fauna y los paisajes locales. No comprar animales o plantas como recuerdo.
10. Respetar a la poblaci¢n aut¢ctona. Facilitar el contacto entre los viajeros y la poblaci¢n receptora. Rechazar los guetos tur¡sticos. Planificar para que el turismo beneficie a toda la poblaci¢n local.
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Jos’ Santamarta