El parque nacional El Avila, que marca el norte geográfico de Caracas, es también el norte ambiental de la ciudad que, con cinco millones de habitantes, tiene en circulación alrededor de dos millones de vehículos y no muchas zonas verdes. Caracas es una ciudad con especial vocación por lo verde, que nació en un valle y hoy se extiende por detrás de colinas y cerros que forman parte de la llamada Cordillera de Costa
La directora de Parques Nacionales, Carmen Cecilia Castillo, anunció que el acceso al cerro quedaba restringido durante tres meses, especialmente para los excursionistas que acampan, como una medida preventiva.
La Guardia Nacional colocó efectivos en todos los accesos al parque, que es visitado por miles de personas cada semana, especialmente los domingos.
Con 85.000 hectáreas, El Avila es la zona protegida más grande de los alrededores de áreas urbanas en Venezuela. Fue declarado parque nacional en 1958 y tiene varios picos de más de 2.500 metros de altura. El científico alemán Alexander von Humboldt fue en 1800 uno de los primeros exploradores de la montaña, en la que describió «subpáramos».
Las autoridades ambientales de Venezuela reconocen que la variedad de flora y fauna de esta montaña capitalina no ha sido estudiada y ni siquiera existe un inventario completo de la zona.
Castillo justificó las medidas de prevención señalando que la mayoría de los incendios en el parque son causados por visitantes, ya sea mediante acciones premeditadas o por descuido.
Tamién llamó a una acción combinada tanto de autoridades como de ambientalistas en materia de prevención. Tres incendios importantes se registraron este año en el parque y fueron afectadas 35 hectáreas. Los planes preventivos ha impedido daños mayores.
La montaña debe su nombre a un gobernador español de Caracas en la época de la colonia, Gabriel de Avila, que ganó fama en el siglo XVI por su siembra de trigo en algunas áreas de lo que hoy es la zona protegida.
Pese a su condición de parque nacional, hay varios asentamientos en El Avila. Se trata de personas dedicadas a la agricultura, que estaban radicadas allí antes de que fueran dictadas las normas de protección.
Asímismo, el Instituto Nacional de Parques ha puesto en práctica en el parque nacional un sistema que facilita la cooperación de las empresas privadas en programas de reforestación, información a los visitantes y mantenimiento.
Sol Espinoza, del Instituto, comentó que en 2001 fueron obtenidos 40.000 dólares de una empresa de gaseosas que realiza la campaña promocional «Una mano para El Avila». Con los fondos logrados se completará un cortafuego y se acondicionarán 35 kilómetros de caminos para excursionistas.
También se realizaron el año último, a partir del 30 de mayo, Día del Arbol, casi 50 jornadas de reforestación, en las que participaron escuelas, grupos religiosos y funcionarios de organismos oficiales. «Estos apoyos son cruciales para el parque y estamos seguros de
que van a seguir manifestándose», dijo Espinoza.
Otras empresas se han comprometido a colaborar con el mantenimiento de algunos puntos de acceso o de zonas específicas, especialmente las más concurridas por los caraqueños, que tienen en El Avila un área natural a poca distancia del asfalto de la ciudad.
CUIDADOS PARA EL PULMÓN VERDE DE CARACAS
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