En la demanda se acusa a la propia firma, al presidente ejecutivo de la empresa, Todd Pelow, y al jefe técnico, Gary Hartl, por envío de publicidad fraudulenta y presentar al servicio de correo electrónico de la empresa como «basado en autorización», lo que significa que todos los consumidores a quienes se les envían los e-mail comerciales han pedido explícitamente recibirlos, según informó Reuters.
Esta no es la primera ocasión que se presentan denuncias contra esta compañía por prácticas similares.
Desde marzo del 2001, MonsterHut llegó a enviar a los consumidores más de 500 millones de e-mails de publicidad de bienes y servicios.
Spitzer intenta conseguir orden judicial para que la compañía informe sobre cómo obtiene las direcciones de e-mail de los consumidores.