Actualmente en España estamos consumiendo aproximadamente unos 149 gramos por persona y día, cifra bastante inferior a nuestros vecinos comunitarios, como Italia, Francia y Alemania y, más importante aún, por debajo de las recomendaciones de la Organización Mundial de la Salud ,OMS, la cual recomienda un consumo diario de 250 gramos.
El pan es un alimento valioso desde el punto de vista nutricional, pues proporciona cantidades importantes de hidratos de carbono, fibra (con grandes diferencias en función del tipo de pan), minerales (calcio, hierro, iodo, magnesio, cinc) y vitaminas (tiamina, riboflavina, niacina, piridoxina, ácido fólico), junto con un contenido moderado de energía, por lo que la densidad de los nutrientes que aporta (cantidad/1000 kcal) puede ser considerada muy satisfactoria (Instituto de Nutrición, 1994).
Investigación realizada por la Universidad Complutense de Madrid
El departamento de Nutrición de la Facultad de Farmacia de la Universidad Complutense de Madrid ha realizado un estudio sobre la evolución del consumo de pan en la población femenina, desde la adolescencia a la juventud.
La hipótesis de trabajo era que las mujeres, especialmente las preocupadas por su peso, restringen el consumo de alimentos ricos en hidratos de carbono, en concreto el pan, lo que contribuye a alejar la dieta del ideal teórico (con aumento en el consumo de grasa y disminución en el consumo de hidratos de carbono, fibra, y diversas vitaminas y minerales). La calidad de la dieta y los hábitos alimentarios globales, así como el estado nutricional, son probablemente peores en las mujeres que toman cantidades más bajas de cereales y en concreto de pan.
Esta hipótesis queda confirmada, pues las mujeres que toman menos pan son las que más infravaloran la ingesta, dato indicativo de su preocupación por el peso (Ortega y col., 1997). Por otra parte las que toman menos pan (con cualquiera de las consideraciones hechas en el presente estudio:
menos del percentil 50, o menos de 2 raciones día, considerando 40 – 50 g como tamaño medio de la ración de pan) tienen menor ingesta de energía, fibra, macronutrientes y micronutrientes, respecto a las que tienen consumo superior del citado alimento. A nivel sanguíneo las diferencias son pequeñas, pero se pone de relieve una afectación de la situación en tiamina, medida por el coeficiente de activación de la eritrocito transcetolasa (a-ETC), que aumenta en situaciones de carencia y es superior en las mujeres con menor consumo de pan.
La forma de conservar el peso adecuado consiste en no ingerir más energía de la que se necesita. No hay ningún alimento que engorde o adelgace, realmente cuando hablamos de engordar o adelgazar debemos referirnos al conjunto de la dieta y si ésta aporta a nuestro organismo más calorías de las que necesitamos. Al observar la alimentación actual, en seguida saltan a la vista las carencias: por termino medio se consumen más calorías de las que se precisan, comemos demasiada grasa y proteína animal, e ingerimos pocos hidratos de carbono complejos y poca fibra.
En INTERSICOP 2003, los profesionales de esta industria tendrán oportunidad de conocer los últimos avances en este ámbito, gracias a la tecnología más avanzada, presentada por las firmas líderes de la panadería y confitería.