Los sistemas tradicionales de legislación se encuentran, en el caso
de Internet, con dos graves inconvenientes: el ámbito universal de la
red, que no encaja con el alcance local de las autoridades reguladoras,
y el dinamismo del mundo de la tecnología, que hace que Internet resulte
tan cambiante que la legislación nunca pueda ser bastante ágil para irle
a la zaga.
La única respuesta posible a esta situación es la autoregulación, es
decir, las normas promovidas, debatidas y aprobadas por el conjunto de
los regulados, incluyendo tanto empresas proveedoras de servicios, como
profesionales y los consumidores y usuarios. Esta posibilidad está
prevista en la nueva legislación tanto española como europea.
Por esta razón se convoca este debate abierto y participativo, en
formato «horizontal», es decir, sin mesa ni presidencia, sólo un
moderador. Tampoco habrá ni ideas preconcebidas ni condicionantes de
ninguna clase. Sólo un debate abierto y sincero.