2.- La Nota Informativa nº 5/2001 de la Dirección General de Investigación
del Parlamento Europeo de Febrero de 2001 señala en su apartado 2 las
lesiones que pueden producir los campos electromagnéticos: modificación del
metabolismo, cambios de la actividad hormonal, modificar la síntesis del
material genético, alterar la conducta de las células cancerosas, estimular
la liberación de histamina y alterar las concentraciones de calcio, entre
otras.
3.- Los problemas surgidos en toda Europa en relación con la telefonía móvil
demuestran que los niveles máximos de emisión elegidos no son adecuados para
proteger la salud de los ciudadanos.
4.- Somos conscientes de que la información oficial no incluye varias
realidades:
– La contaminación electromagnética es real, así como su aumento
vertiginoso.
– Las compañías de seguros excluyen en sus pólizas la cobertura de daños a
la salud de los afectados. Con un volumen potencial de mercado tan
importante tiene que haber serias razones para no hacerlo. ¿Hemos de pensar
que las Compañías aseguradoras gestionan con más cuidado su capital que
nuestras Autoridades la salud de los ciudadanos?
– La literatura médica recoge y reconoce concentraciones de cáncer en tres
situaciones ambientales diferentes: Los que se han producido en zonas de
radiactividad o junto a instalaciones nucleares, los producidos junto a
instalaciones industriales con sustancias como el asbesto o amianto y los
que se han producido junto a antenas de telecomunicaciones: 327 casos de
leucemia en Birmingham o 40 casos de leucemia en adultos y 8 en niños en los
alrededores de Radio Vaticano son sólo dos de ellos. En España no sólo en
Valladolid se han producido concentraciones de cáncer infantil junto a
antenas de telefonía. Ronda con al menos 13 casos y Figueras con tres son
otros ejemplos.
– Los límites de exposición fijados en las leyes son muy diferentes según
países, comunidades, ciudades y pueblos. Evidentemente éste no es un buen
signo de seguridad, teniendo en cuenta que es el motivo por el que se han
fijado dichos límites. Por otra parte, en los lugares con legislaciones más
restrictivas la telefonía móvil funciona sin problemas.
– No deja de ser significativo en relación con las manifestaciones que se
hacen acerca de que no se ha demostrado la nocividad de las radiaciones
electromagnéticas que en el año 99 el 88,15 % de las investigaciones sobre
los efectos de los campos electromagnéticos estaba financiado por las
operadoras.
5.- El Estado en este momento protege más en cuanto al uso del espacio
público radioeléctrico a las operadoras que a los ciudadanos que en muchos
casos se ven afectados.
