Unos meses después de su aparición en el mercado, queda demostrado que los críticos de champagne alaban por igual la grandeza de Dom Pérignon Vintage 1996. La opinión de Robert Parker queda reforzada por las impresiones de Olivier Poussier, el mejor sommelier francés, quien lo califica de “maravilloso”, o la del reputado Tom Stevenson, quien también lo puntúa con un 98/100.
Robert Parker ha tenido la oportunidad de catar grandes vintages de Dom Pérignon, pero, según asegura, no recuerda “ninguna añada tan impresionante como la de 1996”. Para Parker, este vintage es “áun más rico que el brillante 1990 y se revela con una intensidad aromática tremenda”. El crítico añade que “la Maison merece elogios considerables por este prodigioso ejemplo de Dom Pérignon”. Para Robert Parker, Dom Pérignon Vintage 1996 es un champagne de gran cuerpo, con una acidez sutilmente equilibrada con la vivacidad, los caracteres frutales y la intensidad del vino. La evolución en boca es extraordinariamente cítrica, muy bien dibujada e increiblemente larga en paladar.
Dom Pérignon Vintage 1996 se distingue por su carácter paradójico, fruto de una verdadera rivalidad entre movimiento y concentración. La estructura es firme y tensa. La energía, contenida por un instante, vibra y explota, dejando lugar a una riqueza profunda y persuasiva.
La cosecha de 1996
La calidad de este exquisito champagne es fruto de las condiciones meteorológicas de 1996, que estuvo marcado por los contrastes climáticos. El verano fue caprichoso y los periodos húmedos no pudieron compensar la escasez precoz de lluvias. Los fuertes calores del mes anterior a la vendimia (que comenzó de forma escalonada entre el 16 de septiembre y el 1 de octubre) dieron finalmente una excepcional madurez a la añada, única por su gran equilibrio entre potencia y acidez.