"Este ha sido el vuelo más estimulante de todos los que he realizado nunca", afirmó Cani, quien rozó los arbustos al volar por delante del Cristo Redentor. A pesar del contacto, Cani logró mantener el vuelo lo suficiente como para alcanzar un lugar lo suficientemente elevado con respecto al suelo como para abrir el paracaídas. "Ha sido casi milagroso", comentó Cani. "Realmente he sentido un enorme poder que me vigilaba".
"Espero que las imágenes capturadas durante este vuelo sirvan para transmitir la sensación de libertad, emoción y concienciación de todo lo que me rodea; sobre todo cuando sólo se tiene control de algunos elementos de la vida", añadió Cani.
Fueron la tranquilidad, ideas claras y rápida respuesta de Cani las que le permitieron continuar su vuelo y evitar un desastre fatal después de rozarse con la montaña.
Este vuelo momentáneo se ha realizado sólo dos semanas después de que Brasil haya lanzado una campaña de su conocida estatua del Cristo Redentor de Río de Janeiro para ser elegida como una de las nuevas siete maravillas del mundo, por lo que Cani espera que su legendario vuelo integre su visión del país, que él cree que los brazos abiertos de la estatua representan un sentimiento de orgullo nacional.
Después de más de un año planeando este evento, y con la ayuda de su amigo de BASE Jumping, Jeb Corliss, Cani consiguió realizar una caída libre pasando la estatua, que tiene una altura de 38 metros (125 pies) y está situada a 710 metros (2.330 pies) de altura en la Montaña de Corcovado, en el Parque Nacional del Bosque de Tijuca, supervisando la ciudad y sus playas, que tienen una reputación a nivel mundial.