El primero, Pizarro en 1526, y desde España se introduce en toda Europa, con el enorme mérito de remediar, en mucho, la hambruna de los europeos porque sustituye a los nabos hervidos y otras hortalizas que constituían su dieta alimenticia en los siglos XVI y XVII. Tan importante ha sido su aportación a la causa de la humanidad que, además de dedicársele -con poca resonancia- este año de 2008, se le ha erigido un museo, llamado The Potato Museum, donde se exhibe, desde la elegante "pomme de terre", francesa, hasta la castiza "papa", suramericana y andaluza, pasando por las "arrugadas", "antiguas" o "bonitas" de las Islas Canarias.
Tambien se muestran sus diversas formas de cocinarlas: al horno, fritas, a la inglesa o a la francesa, en tortilla a la española, con alioli, etc… Parece que el nombre genuino no es "patata", sino "papa", pero, al verlas los europeos la confundieron con la "batata" y se le quedó aquella denominación.
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http://www.potatomuseum.com