La violencia de ETA solo genera dolor y rechazo en la inmensa mayoría de la ciudadanía. Es una actividad criminal, éticamente inadmisible y políticamente estéril. Ni es legítima ni sirve para conseguir objetivos políticos. Por ello procede nuevamente instar a ETA a su disolución y al cese de sus actividades delictivas, y pedirle que respete la decisión de una ciudadanía que no quiere violencia.
Ante estos hechos nadie puede guardar silencio, mostrar comprensión o encontrar justificaciones. Quienes quieran de verdad hacer política, deben rechazar este asesinato y liberarse definitivamente de la tutela de ETA.
Hacemos votos por encontrar una respuesta conjunta ante este atentado por parte de todos los que rechazamos la violencia. Nada alienta más las actividades terroristas que el enfrentamiento, por su causa, de quienes queremos desterrar para siempre estas conductas de nuestra realidad social y política. Animo por ello a las formaciones políticas a unirse en lo que comparten y pido a la ciudadanía que se sumen a cuantas actividades se convoquen para rechazar este atentado.
Sede del Parlamento Vasco a 7 de marzo de 2008