La Dra. Lina Badimon, Directora del Centro de Investigación Cardiovascular de Barcelona, y representante catalana en el estudio junto con la Dra. Gemma Vilahur, investigadora del mismo centro, demuestran, mediante el uso de técnicas de imagen de alta resolución y diversos estudios moleculares, la capacidad de ApoA-IM de revertir y disminuir la vulnerabilidad de las placas de ateroma ya establecidas en un modelo experimental de aterosclerosis. Los resultados del estudio pusieron de manifiesto que la administración intravenosa de sólo dos dosis de ApoA-IM era capaz de disminuir en un 5% el grueso de la placa, así como inducir importantes cambios moleculares en las lesiones ateroscleróticas dirigidos hacia una mayor estabilización. Esta disminución en la vulnerabilidad de la placa de ateroma estaba asociada a una marcada disminución en la densidad de macrófagos, en la actividad gelatinolítica y una reducción de los niveles génicos y proteicos de factor tisular (importante desencadenante de la formación de trombos), de MCP-1 (proteína esencial en la génesis y perpetuación de la placa mediante el reclutamiento de células inflamatorias) y de la cicloxigenasa 2 (COX-2, enzima con propiedades trombóticas e inflamatorias entre otras). Del mismo modo, también se observó un aumento en la expresión de la cicloxigenasa 1 (COX-1), un indicador del correcto funcionamiento del endotelio.
Estos resultados sugieren que la administración conjunta de ApoA-IM con fármacos actualmente en uso, que ya han demostrado su actividad cardioprotectora y estabilizadora de la placa de ateroma, podría suponer otra mejora en la reaparición de episodios isquémicos, especialmente los que tienen lugar durante las primeras semanas posteriores al infarto (periodo de mayor riesgo). De todas formas, los investigadores creen necesaria la realización de más estudios celulares y moleculares que permitan profundizar en los mecanismos involucrados en la regresión de las placas ateroscleróticas, así como más estudios clínicos dirigidos a evaluar la aplicabilidad terapéutica de este tratamiento.
Este trabajo ha sido uno de los frutos de la estrecha colaboración Barcelona-Nueva York que existe entre los equipos liderados por la Dra. Lina Badimon, del Centro de Investigación Cardiovascular de Barcelona, y los Dres. Juan José Badimon y Valentí Fuster, de Cardiovascular Research Laboratory del Mount Sinai School of Medicine.