Una de las pocas instituciones en el país que hace mediciones de este compuesto es el Laboratorio de Química Ambiental del Centro de Tecnologías Ambientales (CETAM) de la Universidad Técnica Federico Santa María, trabajo que, junto al estudio de otros componentes en el medio ambiente, es unos de los temas de investigación del proyecto de cooperación internacional entre la Universidad de Extremadura (UEx) de España y la Universidad Santa María; trabajo que llevó a tres especialistas a realizar mediciones de radón y toma de muestras de suelo y rocas en las cercanías del volcán Chillán.
¿Predicción de fenómenos naturales?
Conrado Miró, Doctor en Ciencias Físicas y Profesor del Departamento de Física Aplicada de la Universidad de Extremadura, se refirió al origen, efectos y aplicación del gas radón, donde ahondó en la posibilidad de utilizar este gas como herramienta anticipadora de fenómenos naturales como terremotos y turbulencias atmosféricas, aplicado a estudios de contaminación del aire.
En cuanto a estas últimas, el experto afirmó que existen investigaciones que demuestran cómo el análisis de la evolución del radón en la atmósfera ayuda a dar cuenta de fenómenos de este tipo. Esto, ya que este compuesto se emite de forma constante desde el suelo, y cuando se mantiene un patrón de emisión, indica estabilidad atmosférica.
No obstante, “si hay grandes fluctuaciones de radón, eso nos indica consecuencias de inestabilidades atmosféricas, aumento de la velocidad del viento y cambios anticiclónicos”. Entonces, cuando varía la concentración de radón, se puede interpretar como turbulencia, aspecto que puede correlacionarse con los estudios de contaminación atmosférica.
Pero sin duda son los últimos estudios y aplicaciones del gas radón los más fascinantes, ya que se enfocan a su variación y presencia inesperada en altas concentraciones como anticipador de terremotos, un sueño aún incumplido por la ciencia, y una fórmula que desde hace años diversos científicos de todo el mundo han estado buscando.
Al igual que en el caso de las turbulencias atmosféricas, el radón evacua desde la superficie constantemente, y ya se ha demostrado que, al efectuarse un terremoto, se produce una inyección potente de gas que proviene desde el suelo. Es decir, se produce un aumento considerable de éste en el ambiente.
“Si somos capaces de medir de forma continua las evacuaciones de radón del suelo, en caso de estabilidad tectónica, esa evacuación de radón debe seguir un patrón aproximadamente constante. Sin embargo, en determinados terremotos, se ha demostrado que hay una inyección brusca de radón hacia la atmósfera, provocada por la aparición de grietas tectónicas que dejan evacuar el radón con gran intensidad”, señaló el profesor Miró.
Es por eso que hoy en día dicho fenómeno se encuentra en estudio y, al parecer, “hay cierta correlación entre conexiones bruscas de radón y la aparición de terremotos”, apuntó Conrado Miró.
Otra aplicación en la misma línea es la utilización de radón como una metodología alternativa a la detección temprana de erupciones volcánicas, técnica que puede complementarse a la utilización de los clásicos sismógrafos.
Es entonces como, tal vez, monitoreando constantemente el radón podría existir la posibilidad de anticiparse a los terremotos y/o erupciones volcánicas, permitiendo de esta manera alertar a la población del fenómeno que se aproxima.
El Radón y sus efectos
El radón es un gas natural radioactivo que proviene de la desintegración del uranio 238, y puede ser encontrado en gran parte de la naturaleza, como en el suelo, el agua, el aire y diferentes tipos de sedimentos. Asimismo, se halla en altas proporciones en materiales de tipo granítico y ornamental (que tienen alta concentración de uranio), como rocas graníticas y también en ladrillos (entre muchos otros materiales de construcción).
Sobre sus efectos en la salud humana, el Dr. Miró sostuvo que, si bien estamos acostumbrados a convivir diariamente con este isótopo, el exceso y acumulación en lugares cerrados puede ser dañino para nuestro organismo. “El radón puede ser perjudicial para la salud del ser humano. Se estima que concentraciones altas de radón podrían inducir cáncer de pulmón. De hecho, después del tabaco, este gas es la segunda causa que puede producir una cierta probabilidad de este tipo de cáncer”.
Pero ¿dónde nos encontramos con altas concentraciones de radón? Comúnmente, el exceso de este compuesto se halla en cuevas, túneles y en algunas viviendas; específicamente en sótanos poco ventilados que estén construidos sobre suelo granítico.
Como comentó el Dr. Francisco Cereceda, de la USM, “el gas radón se puede absorber en las partículas de polvo respirable y de esta forma entrar a nuestro sistema respiratorio. Por esto, el contacto o la permanencia constante en este tipo de lugares puede causar daños graves en la salud”.
Sin embargo, Conrado Miró afirmó que solucionar estos problemas de alta concentración no es difícil. “Lo más importante en estos casos es realizar un diagnóstico preciso y oportuno; medir efectivamente si hay exceso de radón (su concentración en el aire que respiramos) y en caso de haberlo, instalar sistemas de evacuación efectiva y permanente del aire para eliminarlo mediante una ventilación adecuada, ya que una vez en el ambiente exterior, el gas se diluye y el problema se soluciona”.
En algunos países el nivel de consciencia y sensibilización sobre el tema ha llegado a tal situación que, en sectores de España (como Galicia y Extremadura, donde hay altas concentraciones de gas radón) y Estados Unidos, se comercializan sistemas de monitoreo desechables de radón para que cada cual haga sus mediciones y evalué el nivel de peligrosidad de sus hogares y evitar enfermedades.
Cabe señalar que la investigación que congrega a los especialistas -y que los llevó al volcán Chillán a hacer los estudios- es financiada por la Agencia Española de Cooperación Internacional para el Desarrollo, AECI, donde participan el Dr. Conrado Miró y el Dr. Eduardo Pinilla de la UEx, y el Dr. Francisco Cereceda, Director del CETAM de la USM. “Pretendemos realizar nuevas campañas de medición en la cercanías de otros volcanes activos, minas subterráneas y edificios de interés habitacional”, comentó el Dr. Cereceda.
Martin Kempf Claramunt


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