Y nunca mejor dicho. Porque jugar a perseguir mafiosos por las calles de Barcelona haciendo “pasadas” por sus avenidas a alta velocidad con el vehículo que se encuentre a su paso podría resultarle divertido e incluso ilustrativo a la hora de conocer la villa, pero sortear pantallas de ordenador dando volantazos virtuales por una ciudad fantasma y sucia salpicada por los monumentos más emblemáticos de la Ciudad Condal, parece cosa de guasa. Lo cierto es que “Wheelman”, el videojuego desarrollado por Midway y protagonizado por el actor neoyorquino, Vin Diesel, presenta una Barcelona americanizada, irreal, sucia, peligrosa, insegura y decadente; justo lo contrario a lo que sus promotores pretenden.
La transformación virtual de la Barcelona real en este videojuego es, simplemente, patética. Bien es verdad que sus creadores reiteraron en varias ocasiones la intención de no reproducir un callejero, pero sus intentos de plasmar la idiosincrasia de la ciudad en ‘Wheelman’, han fracasado estrepitosamente. Milo Burik, Vin Diesel, es un agente de policía internacional infiltrado en una banda mafiosa. A partir de su llegada a Barcelona, con el fin de perseguir a los malos pero sin un argumento claro que justifique esto, se generan trepidantes carreras de coches por las estrechas callejuelas del barrio del Raval y las grandes avenidas como Paseo de Gracia al más puro estilo hollywoodiense entre basura amontonada en medio de la vía y un ambiente desolador sólo reconocible por los edificios que han consagrado la ciudad.
Los desarrolladores de “Wheelman” no han captado la personalidad de la Barcelona del diseño y la innovación, eso es evidente, pero tampoco han sabido interpretar a la sociedad española, ya que han llenado el videojuego de personajes tópicos más propios de un relato popular de bandoleros del s.XIX. Así, la “bailaora” de flamenco y ladrona de poca monta es también la espía, por ejemplo. ¿O sí?. La verdad es que cualquier turista que visite la Ciudad Condal nos contará una realidad muy diferente a la que las autoridades venden. Carteristas en Las Ramblas, trileros, tirones de bolsos, prostitución callejera, reyertas continuas, trapicheos de drogas…esto sólo es un ejemplo de las “situaciones típicas” de las que advierten las guías de viajes sobre España, pero para reconocer esta sociedad yo recomiendo el programa “Callejeros”.
A falta de consenso entre como nos vemos desde dentro y como nos ven desde fuera, no podremos criticar a los creadores de ‘Wheelman’ en el sentido que lo ha hecho la Alcaldía de Barcelona, denunciando que el videojuego recrea un ambiente que no existe, pero sí insistiremos en que el paisaje está muy poco trabajado al igual que el argumento, o falta de éste, que lleva al jugador a una carrera estresante de coches sin fin alguno. Un videojuego mediocre del que no hablaríamos si no fuera porque se ha ambientado en Barcelona. Pero atención. Vin Diesel amenaza con la película.
Gema Castellano
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