Es importante remarcar a la hora de definir de una manera práctica el concepto «complemento nutricional» -producto cuya formulación lo aleja de ser considerado como un medicamento- que en ningún momento nos referiremos a esos “productos milagro” generalmente indicados para transformar la imagen corporal externa provocando efectos colaterales demasiadas veces adversos en los órganos internos; porque, tal y como afirman los expertos en medicina nutricional, debido a factores medioambientales y de estilo de vida, incluir un complemento vitamínico en nuestra dieta diaria es más que recomendable.
La sobre-explotación de las tierras de cultivo en los últimos 50 años, -que da lugar al empobrecimiento nutritivo de los productos- y la creciente contaminación del aire y de las aguas -en lo que respecta al entorno medioambiental- además del uso indiscriminado de medicamentos o el estrés -que llevan asociado el aumento nocivo de la oxidación de nuestro organismo- entre otros factores determinantes de la época comtemporánea, justifican las voces de alarma de los expertos médicos respecto a que, pese al aumento del bienestar, la calidad de la alimentación ha sufrido un peligroso deterioro respecto a otras épocas históricas anteriores. Un condicionante que podría estar incidiendo en el desarrollo de enfermedades degenerativas.
La famosa frase que Hipocrates sentenció en el siglo V a.c: “que la comida sea tu alimento y el alimento tu medicina”, ha perdido todo el valor a medida que hemos ido destruyendo el planeta y sus recursos; y llegado a este punto -en el s XXI- parece que todos los profesionales médicos están de acuerdo en que, sea cual sea la actividad de una persona, tomar un complemento vitamínico y de minerales no le hará ningún daño y le asegurará una dieta más correcta. Pero ¿cual elegir?.
Lo único cierto es que el 97% del cuerpo humano se renueva cada año y que esta función -que tiene lugar incluso en el ADN- no puede realizarse de una manera óptima sin la labor de las proteinas apoyadas por una buena estructura vitamínica. Así que la elección del complemento nutricional óptimo para las necesidades de cada persona se convierte en una tarea complicada que no tiene nada que ver con un recorrido por las estanterías de un supermercado. Según algunos expertos, incluso las cifras recomendadas por la OMS sobre el aporte vitamínico necesario se han quedado desfasadas debido a que los alimentos son cada vez más pobres y las agresiones medioambientales más radicales.
La asociación que hace el marketing del complemento nutricional con una imagen impecable, sana y bella lleva a los laboratorios farmacéuticos a invertir cientos de miles de euros en comprar la imagen de personajes famosos cuya imagen debe asociarse a los beneficios del producto y ésto es -precisamente- lo que ha llamado nuestra atención sobre un tema -este de los complementos nutricionales- que, al margen de beneficios comerciales, también ofrecen beneficios para la salud.
El actor español Jesús Olmedo -el más malo y guapísimo de los romanos en la exitosa serie Hispania- ha sido el personaje elegido por los laboratorios Boehringer para promocionar su nueva versión de un clasico, el Pharmaton Complex, al que ahora se le ha añadido extracto de Ginseng G115 procedente de la raíz de Panax. El actor ha presentado el nuevo producto en el teatro barcelonés Tantarantana y respalda con su imagen la nueva campaña publicitaria de Pharmaton y las legiones de fans del actor ya se han apresurado en las redes sociales a dar pábulo al anuncio publicitario, donde los ojos azules y el cuerpo en movimiento del actor sevillano quedan absolutamente evidenciados.
Ignoramos si la imagen perfecta de Olmedo se debe o no al consumo de Pharmaton, pero sí conocemos las cantidades de vitaminas y minerales que un complemento nutricional debe ofrecer para ser eficaz según estudios recientes realizados en la Universidad de Michigan: Vitamina A (beta caroteno) entre 15.000 a 25.000 UI diarias (Unidades Internacionales de medición de vitaminas); B1 (tiamina) entre 20 a 30 mg; B2 (riboflavina) 25 a 35 mg; B3 (niacina, niacinamida) 40 a 50 mg; B5 (ácido pantoténico) 90 a 120 mg; B6 (pirodocina) 20 a 30 mg; B12 (cianocobalamina) 50 a 100 mg; folato (ácido fólico) 1.000 mcg; biotina 50 a 100 mcg; vitamina C en forma de calcio, potasio, magnesio, ascorbato de zinc 1 a 2 gramos; vitamina D (colecalciferol) 500 a 800 UI; vitamina E en forma de d-alpha tocoperol 400 a 600 UI; Vitamina K 50 a 100 mcg; colina 100 a 125 mg; inositol 100 a 200 mg; y coenzima Q10 (ubiquinone), 15 a 30 mg.
Teniendo en cuenta estas aproximaciones indicadas por médicos expertos se trata de buscar y comparar para encontrar el mejor producto, sin reparar demasiado en la cara bonita que lo anuncie.
Gema Castellano
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