Un ejemplar de mero (Epinephelus marginatus) con síntomas compatibles con la infección por betanodavirus fue localizado el pasado 7 de septiembre en aguas cercanas a Barcelona. El hallazgo, posible gracias a la colaboración de un miembro de la Associació de Pesca Submarina (APS) de Barcelona, ha sido confirmado por el Servicio de Diagnóstico Patológico de Peces de la Universitat Autònoma de Barcelona (UAB) como el primer caso de necrosis nerviosa viral (Viral Nervous Necrosis, VNN) detectado en Cataluña en 2025.
Las muestras del pez, remitidas al laboratorio de referencia europeo para esta enfermedad, revelaron mediante técnicas moleculares (qPCR) una elevada presencia del virus en el encéfalo del animal, confirmando la infección. El betanodavirus, causante de la VNN, es responsable desde hace años de graves brotes de mortalidad en meros y otras especies de peces en todo el Mediterráneo, con especial incidencia en zonas como Grecia, el sur de Italia, España y más recientemente las Azores.
En el caso de España, la enfermedad ya había causado brotes en las Islas Baleares y, en años recientes, en la costa peninsular, con un patrón de avance hacia el norte. Las reservas naturales de Cabrera y las islas Columbretes han sido algunas de las zonas más afectadas por este virus, que provoca pérdidas significativas en las poblaciones de meros.
Frente al riesgo de expansión del virus, acentuado por la anomalía térmica detectada desde finales del verano en las aguas del litoral catalán, la UAB y el Instituto de Ciencias del Mar (ICM-CSIC) han activado una red permanente de alerta y recogida de muestras. El objetivo es poder identificar rápidamente nuevos casos y realizar un seguimiento detallado de la evolución de esta enfermedad en la región.
Francesc Padrós y Maria Constenla, investigadores de la UAB y responsables del seguimiento del virus, destacan que “la identificación y el seguimiento de los brotes y la caracterización del virus son críticos para poder establecer planes de contención, especialmente en aquellas zonas muy sensibles, con alta densidad de ejemplares”. Ambos señalan la disponibilidad de herramientas diagnósticas precisas y una vacuna comercial desarrollada por HIPRA —actualmente usada en lubinas de cultivo— como recursos potenciales para ensayar medidas de emergencia, al menos de forma experimental en zonas clave para la conservación de la especie.
Por su parte, Valerio Sbragaglia, investigador del ICM-CSIC, subraya que “este caso demuestra la importancia de mantener una red activa de observadores, como submarinistas o pescadores recreativos, que permiten detectar de manera muy anticipada potenciales brotes”.
En este sentido, la colaboración ciudadana se revela como un instrumento esencial para la vigilancia del estado de salud de las poblaciones marinas. Los investigadores agradecen expresamente la implicación de asociaciones como la APS y la Federació Catalana d’Activitats Subaquàtiques (FECDAS), así como de los responsables técnicos del Parque Natural de Cap de Creus y del Parque Natural del Montgrí, les Illes Medes i el Baix Ter.
El caso confirmado este septiembre no solo alerta sobre la expansión del betanodavirus en aguas catalanas, sino que también refuerza la necesidad de sistemas de vigilancia y respuesta que permitan anticiparse a nuevos brotes que podrían comprometer seriamente la biodiversidad marina del Mediterráneo.
Artículo redactado con asistencia de IA (Ref. APA: OpenAI. (2025). ChatGPT (versión 4o, 21 septiembre). OpenAI)
Imagen cabecera:
Francesc Padrós
Servicio de Diagnóstico Patológico de Peces
Universitat Autònoma de Barcelona