En 1915 aparece en Montevideo una nueva publicación, La Batalla, periódico «de ideas y de críticas» -como dice su encabezamiento-, cuya directora es uruguaya y es mujer. Se llama Maria Collazo.
Esta mujer, anarquista, de comienzos de siglo, madre de cinco hijos, nace en el seno de una familia de inmigrantes españoles católicos. Es la quinta de nueve hermanos y su primera educación la recibe en un colegio de monjas. El primer contacto con el anarquismo lo tiene a través de uno de sus hermanos. Esta militancia le significo la ruptura familiar.
En el país y desde muy temprano se observan corrientes libertarias que plantearon como tema central la emancipacion de la mujer a traves del trabajo asalariado, pero no solo a traves de él.
Estas corrientes se atrevieron a cuestionar todo el orden social y trazaron su utopia incluyendo entre sus propuestas la reformulacion de las relaciones personales, la vida afectiva y la cotidianidad.
De todas maneras, era dificil mantener coherencia entre el discurso que planteaba la emancipaci¢n de la mujer a trav’s del ingreso a la productividad social.
Se casa con Pedreira, de oficio cigarreo, en 1901 y, luego del nacimiento de su primera hija, emigran a Buenos Aires, donde se relacionan con centros anarquistas.
En 1907, Maria particip¢ en la organizaci¢n de la «huelga de inquilinos», que agrupo al 80% del total de inquilinos de Buenos Aires. El nomero de huelguistas fue calculado en alrededor de 100 mil personas. Este conflicto, anclado en lo cotidiano, moviliz¢ a las mujeres convirtiendolas en las grandes protagonistas de los acontecimientos.
La prensa en general brind¢ una amplia informaci¢n. La revista Caras y Caretas ilustr¢ con fotograf¡as los diferentes episodios que se sucedieron entre los meses de septiembre a noviembre del a_o 1907. En el numero 2 del mes de noviembre, aparecen fotografiadas Juana Buela y Maria Collazo, haciendo uso de la palabra durante una manifestaci¢n.
La misma revista inform¢ sobre la aplicaci¢n de la Ley de Residencia, por la que fueron expulsados de Argentina algunos dirigentes anarquistas, entre ellos Maria Collazo, Virginia Bolten (uruguayas), y Juna Buela (espa_ola).
En 1908 nace su cuarta hija y Maria enviuda al poco tiempo. A los tres a_os se casa con Navarlaz y se van a vivir a Maronias, donde nace su quinta hija. La vitalidad de Maria, su espiritu pr ctico, le permiten llevar adelante su compromiso pol¡tico, compatibilizando una vida familiar compleja con tantos hijos.
La Revoluci¢n bolchevique de 1917, los pronunciamientos apasionados a su favor por parte de Maria, que mantiene su afiliaci¢n a la tercera Internacional hasta 1921, la alejaran de los grupos de la FORU y la separaran de algunos amigos. Se vivieron entonces momentos de enfrentamientos dramaticos.
La discusi¢n interna y la ruptura de estos grupos hicieron perder la fuerza al movimiento sindical de la decada de los veinte. El reformismo batllista tambi’n tuvo una cuota importante en esta debilidad; las expectativas de ascenso social muchas veces se cumplian y algunos viejos militantes se convirtieron en «anarcobatllistas». Pero Maria sigui¢ fiel a su l¡nea, ensayando una y otra vez el di logo y la difusi¢n de sus ideales.
