Atormentado por las implicaciones negativas para la humanidad de sus explosivos, Alfred Nobel expresó en su testamento la fórmula para poder morir con la conciencia tranquila.
Con los intereses generados de un fondo en fideicomiso, Nobel decidió premiar anualmente la excelencia en cinco categorías: Física, Química, Medicina, Literatura y Paz -la de Economía se incorporó en 1968 por parte del Banco Nacional de Suecia para conmemorar su 300¦ aniversario.
La Fundación Nobel es la encargada de velar por la transparencia, promoción y permanencia de los premios más prestigiosos del mundo, aunque no influye en su asignación. Se fundó el 29 de junio de 1900, más de tres años después de la muerte de Nobel, dadas las disputas y dificultades para interpretar e implementar la voluntad del químico y filántropo.
La primera ceremonia de entrega de premios se realizó el 10 de diciembre de 1901, en celebración del 5¦ aniversario de la desaparición física de Nobel.
Los premiados en aquella instancia fueron todos europeos. El Nobel de Qu¡mica fue para el holand’s Van’t Hoff, el de Literatura para el franc’s Armand, el de F¡sica y Qu¡mica para los alemanes Roentgen y Behring, y el de Paz para el suizo Dunant y el franc’s Passy.
El Comit’ Nobel, a cargo de la administraci¢n del fondo multimillonario de Nobel, est hoy compuesto por seis miembros que tienen un mandato de dos a_os. Todos deben ser suecos o noruegos. Cinco de ellos son designados por los responsables de los organismos contemplados en el testamento, como la Academia Sueca de las Ciencias, y el sexto por el gobierno de Suecia.
Total independencia
Las instituciones a cargo de elegir cada a_o a los laureados no son s¢lo independientes de todo gobierno u organizaci¢n, sino tambi’n de la misma Fundaci¢n Nobel. Esta autonom¡a es clave para mantener la imparcialidad y el nivel del galard¢n.
Al anularse la uni¢n pol¡tica de Suecia y Noruega en 1905, se produjo el primer cambio importante en la administraci¢n de los premios. Desde entonces, el Comit’ Noruego del Nobel qued¢ a cargo exclusivamente del Premio Nobel de la Paz.
Por su parte, la Real Academia Sueca de la Ciencia se encarga de los premios de F¡sica, Qu¡mica y Econom¡a; el Instituto Karolinska de Estocolmo del de Medicina y la Academia Sueca del de Literatura.
En 1968, para conmemorar su 300¡ aniversario, el Banco Nacional de Suecia cre¢ el Premio de Ciencias Econ¢micas Banco de Suecia en memoria de Alfred Nobel, otorgado por la Real Academia Sueca de las Ciencias.
Cambios
El mecanismo de los premios experiment¢ varios cambios acordes con el devenir de sus 100 a_os de historia. Quiz s el m s destacado se produjo en 1968, cuando se decidi¢ restringir a tres el nomero de personas entre las que se puede compartir un premio.
Otras modificaciones destacadas en el mecanismo de los Nobel tuvieron lugar en 1974, cuando se decidi¢ que todo el material de archivo que serv¡a de base para la designaci¢n de un premiado se pondr¡a a disposici¢n de los investigadores luego de 50 a_os.
Asimismo, desde entonces s¢lo se contempla la posibilidad de una premiaci¢n p¢stuma si el laureado muere despu’s del anuncio de la distinci¢n, por lo general en octubre, y antes de la entrega de premios el 10 de diciembre.
Si bien la administraci¢n de los Premios constituye la principal actividad de la Fundaci¢n Nobel, ‘sta tambi’n organiza otros eventos como el Programa de Simposios, creado en 1965 y que aborda los oltimos avances en ciencia y tecnolog¡a, as¡ como otras tem ticas relacionadas con los galardones.
An’cdotas entre la guerra y la paz
Desde 1901, la entrega de los Premios Nobel se asocia a grandes festividades que tienen lugar tanto en Suecia como en Noruega.
Por tradici¢n las festividades se celebran en diciembre, y aunque los recintos y las ‘pocas han cambiado, el esp¡ritu se mantiene.
En varias ocasiones no hubo festejos; por ejemplo en 1907 tras la muerte del rey Oscar II de Suecia o durante la Primera y la Segunda Guerra Mundial.
Tambi’n hubo casos extremos, en los que la integridad de las instituciones Nobel, en particular la noruega, estuvo en grave peligro por la intervenci¢n nazi en Escandinavia. Como consecuencia de ello, entre 1940 y 1942 no se asign¢ ningon Premio Nobel.
Tras un siglo de existencia, los Premios y la Fundaci¢n Nobel son instituciones s¢lidas y respetadas que se renuevan y preparan para los desaf¡os de los pr¢ximos 100 a_os. Lejos quedaron las cr¡ticas y dudas surgidas por su fundaci¢n a partir de la loca idea de un multimillonario que quer¡a morir en paz e inmortalizar su nombre.
El testamento de Nobel
La totalidad de lo que queda de mi fortuna quedar dispuesta del modo siguiente: el capital, invertido en valores seguros por mis testamentarios, constituir un fondo cuyos intereses ser n distribuidos cada a_o en forma de premios entre aqu’llos que durante el a_o precedente hayan realizado el mayor beneficio a la humanidad.
Dichos intereses se dividir n en cinco partes iguales, que ser n repartidas de la siguiente manera: una parte a la persona que haya hecho el descubrimiento o el invento m s importante dentro del campo de la F¡sica; una parte a la persona que haya realizado el descubrimiento o mejora m s importante dentro de la Qu¡mica; una parte a la persona que haya hecho el descubrimiento m s importante dentro del campo de la Fisiolog¡a y la Medicina; una parte a la persona que haya producido la obra m s sobresaliente de tendencia idealista dentro del campo de la Literatura, y una parte a la persona que haya trabajado m s o mejor en favor de la fraternidad entre las naciones, la abolici¢n o reducci¢n de los ej’rcitos existentes y la celebraci¢n y promoci¢n de procesos de paz.
Los premios para la F¡sica y la Qu¡mica ser n otorgados por la Academia Sueca de las Ciencias, el de Fisiolog¡a y Medicina ser concedido por el Instituto Karolinska de Estocolmo, el de Literatura, por la Academia Sueca, y el de los defensores de la paz por un comit’ formado por cinco personas elegidas por el Parlamento noruego. Es mi expreso deseo que, al otorgar estos premios, no se tenga en consideraci¢n la nacionalidad de los candidatos, sino que sean los m s merecedores los que reciban el premio, sean escandinavos o no.
Latinoam’rica y el Nobel
Cuando uno habla de los premios Nobel, los nombres estadounidenses o de Europa occidental son los que m s aparecen, especialmente en el mbito de las ciencias.
Si de latinoamericanos hablamos, generalmente los asociamos con los Nobel de literatura. Sin embargo, tambi’n han sido galardonados con el Nobel en otras reas, aunque no sea la totalidad de las disciplinas que se premian aqu¡.
Presencias y ausencias
En los 100 a_os que se lleva cumpliendo el testamento de Alfred Nobel, 14 latinoamericanos fueron galardonados, la mayor¡a de ellos y en forma equitativa, por su contribuci¢n a la literatura y a la paz del mundo. M s atr s, la medicina y la qu¡mica son campos en los que la regi¢n tambi’n se ha destacado.
Sin embargo, los nombres de latinoamericanos nunca hasta ahora aparecieron en los campos de la f¡sica y la econom¡a.
Los hombres y mujeres de la paz
Si bien la regi¢n tiene una larga historia de violencia, el Nobel de la Paz es uno de los que m s han conseguido los latinoamericanos.
Fue en esta rea, donde por primera vez un hijo de la regi¢n fue destacado: el argentino Carlos Saavedra Lamas en 1936.
Lamas, un diplom tico que lleg¢ a ser presidente de la entonces Sociedad de Naciones, fue reconocido por los encargados de dar el Nobel, como un hombre que constantemente busc¢ promover la paz en la regi¢n y una de sus grandes obras fue el haber mediado con ‘xito en la guerra que Bolivia y Paraguay mantuvieron entre 1932 y 1935.
Otro argentino, Adolfo P’rez Esquivel, fue premiado en 1980 por su lucha por los derechos humano.
Dos a_os m s tarde, el mexicano Alfonso Garc¡a Robles era galardonado por su contribuci¢n a la no proliferaci¢n nuclear en Latinoam’rica y su trabajo en favor del desarme en el mundo; mientras que el costarricense .scar Arias en 1987, recib¡a el Nobel por su contribuci¢n a la paz en Centroam’rica.
Finalmente, la guatemalteca Rigoberta Mencho fue premiada en 1992, por su «trabajo por la justicia social y la reconciliaci¢n etno-cultural basada en el respeto de los derechos de los pueblos ind¡genas», como se resalta en la p gina oficial de los premios Nobel.
La pasi¢n e imaginaci¢n
De la misma manera que los ideales de la paz han hecho brillar a la regi¢n en el mundo del Nobel, sus letras adquieren vuelo propio.
La chilena Gabriela Mistral, cuyo verdadero nombre era Lucila Godoy Y Alcayaga, fue la primera mujer de la regi¢n y la segunda persona en Latinoam’rica en recibir un premio Nobel.
Despu’s de ella, brillaron los nombres de verdaderos pesos pesados de la literatura latinoamericana, como son el guatemalteco Miguel -ngel Asturias (1967) o el chileno Ricardo Reyes Basoalto, m s conocido como Pablo Neruda (1971).
Con el mismo peso y reconocimiento, Gabriel Garc¡a M rquez obtuvo el Nobel en 1982. Y la oltima vez que la regi¢n fue reconocida por sus letras, fue cuando Octavio Paz recibi¢ la medalla, el diploma y el dinero del Nobel en 1990.
Los cient¡ficos latinoamericanos
Pero las artes y humanismo no son las onicas reas en las que los latinoamericanos han sido reconocidos por quienes otorgan el premio Nobel. La qu¡mica y la medicina son disciplinas en las que se han destacado.
En 1947, el argentino Bernardo Alberto Houssay, se convirti¢ en el tercer latinoamericano en ser galardonado por un Nobel, esta vez en el campo de la medicina. Houssay fue reconocido por su contribuci¢n en el entendimiento del metabolismo del azocar en el cuerpo.
23 a_os despu’s, en 1970, otro argentino, Luis F. Leloir, era reconocido por sus trabajos cient¡ficos, en este caso en el campo de la qu¡mica. Leloir descubri¢ «a los nucle¢tidos del azocar y el rol que juegan en la bios¡ntesis de los carbohidratos».
Pasaron otros 14 a_os para que un latinoamericano fuera galardonado con un Nobel relacionado con el mundo cient¡fico, esta vez en el rea de la medicina. El tambi’n argentino, adem s de brit nico, C’sar Milstein fue premiado en 1984 por sus contribuciones al entendimiento del sistema inmunol¢gico.
Finalmente en 1995, el mexicano Mario J. Molina, se convirti¢ en el oltimo latinoamericano en recibir un premio Nobel, en este caso el de qu¡mica.
Molina fue reconocido por su trabajo, junto a otros colegas, en uno de los campos de gran importancia en los oltimos tiempo, la qu¡mica de la atm¢sfera, espec¡ficamente en lo relacionado a la formaci¢n y descomposici¢n del ozono.
Desde esa fecha, los latinoamericanos han estado ausentes del mundo del Nobel, pero m s de uno abriga la esperanza de realizar alguna contribuci¢n que un d¡a sea reconocida en este podio. (Mu/YZ/Pf-Oi/Ad/mc)