A una mujer le roban el coche, y al hacer la denuncia dice que este coche tenia un teléfono. Entonces un policía llama a ese teléfono, y le dice al conductor que si se acuerda de él, que estuvieron hablando sobre lo del anuncio del coche hace un mes, que ya se ha decidido finalmente y que va a comprarle el coche, tras haber estado mirando precios y tal. El chorizo picó, y fue detenido al ir a la cita para cerrar el trato esa misma tarde.
Se dice que un ‘profesional’ tuvo la genial idea de meterse en una tienda y mirar si había gente, o policías, o como escapar, etc., mientras le pedía cambio de un billete de 20$ al dependiente. El de la tienda le dijo que lo sentía, que los de seguridad se acababan de llevar todo el dinero y que solo le quedaban unos 15$ en la caja. El ladrón no se cortó, saco la pistola y le dijo que le diera los 15 dólares. Luego se largó, olvidándose el billete de 20$ encima del mostrador.
Un campesino se dedicaba a cultivar melones. Le iba bastante bien, pero había una pandilla de chicos que se metía en su huerto y le robaban los melones. Al cabo de un tiempo, este hombre decide que tiene que hacer algo para detenerlos, así que planta un cartel en mitad del huerto diciendo «uno de estos melones esta envenenado.» Ciertamente los chicos dejaron de robarle melones, pero unos días mas tarde se encontró con que habían cambiado el cartel y ahora decía «dos de estos melones están envenenados». Tuvo que tirarlos todos.
En un concurso televisivo:
– Dígame, señora, por 50.000 ptas.¿Quién fue el primer hombre?
– Eso no se lo digo yo, ¡ni por un millón de ptas!
En un concurso radiofónico de preguntas y respuestas:
(Locutor): – Buenos días, señora. Voy a hacerle una pregunta muy sencilla. ¿Qué es el cloruro sódico? (Es la sal).
(Señora): – Pues no lo sé. Deme una pista
(Locutor): – Lo tiene usted en la cocina.
(Señora): – Aceite.
(Locutor): – No. Mire, es blanco.
(Señora): – La harina.
(Locutor): – No. Lo siento.
(Señora): – Ande, deme otra pista.
(Locutor): – Bueno, se lo echa a su marido en los huevos.
(Señora): – Los polvos de talco.
Por supuesto hubo un corte de 5 minutos de música y una amonestación al locutor por soltar una carcajada tan bestial
Esta historia sucedió en un avión de British Airways. Durante el transcurso del vuelo entre Johanesburgo y Londres, una señora blanca de unos cincuenta años se sienta al lado de un negro. Llama a la azafata para quejarse:
– ¿Cuál es el problema, señora? – pregunta la azafata.
– Pero, ¿no lo ve? – responde la señora-. Me han colocado al lado de un negro. No puedo quedarme al lado de estos «inmundos». Deme otro asiento.
– Por favor, cálmese. -dice la azafata-. Casi todos los lugares de este vuelo están ocupados. Voy a ver si hay algún lugar en clase Business o en Primera.
La azafata se marcha y vuelve unos minutos después…..
– Señora, como yo sospechaba, no hay ningún lugar vacío en clase Económica. Conversé con el comandante y me confirmó que tampoco hay lugar en Business. Por suerte, sí tenemos un lugar en Primera Clase.
Antes de que la señora pudiese responder algo, la azafata continuó:
– Es totalmente inusitado que la compañía conceda un asiento de Primera Clase a alguien que está en Económica, pero dadas las circunstancias, el comandante ha considerado que sería escandaloso que alguien esté obligado a sentarse al lado de una persona tan desagradable. Diciendo eso, la azafata miró al hombre de color y dijo:
– Si el señor me hiciera el favor de tomar sus pertenencias, el asiento de Primera Clase ya esta preparado.
Y todos los pasajeros de alrededor, que habían contemplado la escena,se levantaron y aplaudieron por la actitud de la compañía.