Lo especial de esta idea, que puso en marcha su directora Carmen Carús hace ocho años, es que parte de los propios camareros que atienden a los clientes son los encargados de cantar escogidos fragmentos de óperas, zarzuelas y canciones populares.
La clave de su éxito está en la alta profesionalidad de estos jóvenes artistas del `bel canto´ que poseen una rigurosa formación musical y han actuado en importantes teatros y salas de concierto. Junto a ello, la buena cocina que ofrece su chef Álvaro Losey y el exquisito trato de todo su personal. Arias, romanzas, dúos, tríos y cuartetos de Carmen, Il Trovatore, La Tabernera del Puerto o La Verbena de la Paloma combinan con deliciosos platos como sepia encebollada con piñones, láminas de bacalao con pisto blanco, solomillo de buey al Pedro Ximénez, confit de pato horneado al calvados o carpaccio de salmón marinado al eneldo. Cada cosa en su justo término y en el momento adecuado.
La compañía Camareros Cantantes que dirige artísticamente Manuel Ganchegui está formada por quince personas entre cantantes y pianistas que, además de sus actuaciones cada noche en el restaurante El Café de la Ópera a partir del las 22 horas, ofrece su arte en otros ámbitos, ya que está bien cotizada internacionalmente. Celebraciones, eventos, presentaciones adquieren un encanto especial enriquecidas con las aparentemente improvisadas creaciones de los Camareros Cantantes de El Café de la Ópera que siempre sorprenden.
La velada en El Café de la Ópera llega a su punto más emotivo en los postres, cuando todos los cantantes se mezclan con el público y brindan juntos con cava, mientras interpretan, y animan al público a hacer el coro, el célebre Libiamo de la Traviata para terminar con una excelente propina que con frecuencia es O sole mio con un registro que pone los pelos de punta.
