Un equipo de investigación de la Universitat Autònoma de Barcelona (UAB) ha demostrado que las temperaturas extremas no solo afectan al clima, sino que también alteran de forma profunda los procesos biológicos fundamentales de las especies. Los hallazgos, publicados recientemente en revistas científicas internacionales, revelan que el aumento de las temperaturas puede modificar desde la fertilidad hasta la determinación del sexo en organismos clave para los ecosistemas, como reptiles y peces.
La investigación está liderada por Aurora Ruiz-Herrera, catedrática del Departamento de Biología Celular, Fisiología e Inmunología de la UAB, investigadora del Instituto de Biotecnología y de Biomedicina (IBB-UAB) e ICREA Acadèmia. El grupo ha centrado sus esfuerzos en especies centinela del estado medioambiental del planeta, cuya presencia y salud influyen directamente en las redes tróficas terrestres y acuáticas.
Uno de los estudios, publicado en PLOS Genetics, se ha llevado a cabo con el gecko terrestre de Guibé (Paroedura guibeae), un reptil endémico de Madagascar. En este trabajo, se ha demostrado que las temperaturas elevadas alteran la recombinación genética, un proceso que genera diversidad genética y es clave para la evolución de las especies. Los resultados indican que el calor incrementa los eventos de recombinación, fragmenta el ADN y modifica la estructura cromosómica.
Laura González Rodelas, investigadora de la UAB y coautora del estudio, explica que «este estudio nos ayuda a entender que el calentamiento global no solo afecta al clima, sino que también influye en los mecanismos de adaptación de los animales para sobrevivir».
El segundo trabajo, realizado en colaboración con un consorcio internacional y publicado en GigaScience, se ha centrado en el dragón barbudo central (Pogona vitticeps), una especie australiana que puede cambiar de sexo cuando los huevos se incuban a altas temperaturas. Este fenómeno, conocido como reversión sexual inducida por temperatura, permite que individuos genéticamente masculinos (portadores de los cromosomas ZZ) se desarrollen como hembras funcionales. Gracias a una nueva secuenciación genómica de alta resolución, se ha logrado ensamblar completamente los cromosomas sexuales Z y W, lo que abre nuevas vías para identificar genes clave en la determinación del sexo.
Laia Marín Gual, investigadora de la UAB y coautora del estudio, subraya que «este nuevo genoma será un recurso fundamental para facilitar y acelerar la investigación sobre las particularidades reproductivas de esta especie, así como para estudios comparativos con otros reptiles».
Ambos estudios destacan una misma idea: el calentamiento global afecta directamente a la forma en que se transmite la vida en muchas especies. Estos cambios en los mecanismos de reproducción y desarrollo pueden tener implicaciones importantes para la conservación de la biodiversidad en un mundo donde las temperaturas extremas se vuelven cada vez más frecuentes.
Aurora Ruiz-Herrera concluye que «estamos empezando a entender cómo el entorno puede moldear directamente la arquitectura genética de los organismos. Estos resultados nos acercan a desentrañar los mecanismos que permiten a los reptiles adaptarse y persistir en condiciones extremas. Comprender estos procesos es clave para anticipar qué especies son más vulnerables al cambio climático y diseñar estrategias de conservación más eficaces, porque proteger la biodiversidad también es proteger el futuro de todos».
Los artículos están disponibles en:
PLoS Genetics: https://doi.org/10.1371/journal.pgen.1011772
GigaScience: https://doi.org/10.1093/gigascience/giaf085
Biology of Reproduction: https://doi.org/10.1093/biolre/ioaf175
Artículo redactado con asistencia de IA (Ref. APA: OpenAI. (2025). ChatGPT (versión 4o, 4 septiembre). OpenAI)