La Guardia Civil, en una acción coordinada con la Policía Nacional de Colombia, ha logrado desarticular una poderosa organización criminal de carácter internacional en el marco de la operación “Gulupa”. Esta red es señalada como responsable de introducir anualmente más de 120 toneladas de cocaína en Europa a través de puertos clave en los Países Bajos, Bélgica y España.
La investigación, que se inició en 2022, culminó con la identificación y el desmantelamiento de un grupo de lo que las autoridades han denominado “narcos invisibles” o de “cuarta generación”, quienes coordinaban el flujo masivo de cocaína hacia el continente europeo. En la fase de explotación de la operación se ha procedido a la detención de cinco personas —tres en España y dos en Colombia—, dos de las cuales estaban catalogadas como objetivos de alto valor (HVT), y se han llevado a cabo siete registros simultáneos en ambos países.
El perfil de los “narcos invisibles” y su alcance global
Los denominados “narcotraficantes invisibles” o de “cuarta generación” se caracterizan por una estrategia operativa que les permite evitar cualquier exposición pública. Su modo de operar se basa en el resguardo tras estructuras empresariales con apariencia legal, lo que les permite coordinar las operaciones sin involucrarse directamente en la infraestructura logística del transporte.
Estos individuos, que operan a través de intermediarios y testaferros, consiguen eludir las investigaciones tradicionales. Su bajo perfil y su notable movilidad internacional les había permitido permanecer sin ser identificados por las autoridades durante años. Se estima que esta red es, posiblemente, una de las más poderosas en activo a nivel global.
La red desarticulada era responsable, según las estimaciones, de transportar anualmente alrededor de 120 toneladas de cocaína desde Colombia hacia Europa, utilizando los principales puertos de Holanda, Bélgica y España. Para optimizar sus operaciones, habían tejido alianzas estratégicas con organizaciones criminales en Panamá, Ecuador, Costa Rica y República Dominicana, utilizando estos países como plataformas de tránsito para ofrecer envíos de droga «a la carta» a sus clientes europeos.
Conexión directa con el Clan del Golfo y su asentamiento en España
Un elemento crucial de esta red era su contacto directo con los proveedores del temido Clan del Golfo, considerado una de las mayores organizaciones criminales del mundo. Esta conexión directa garantizaba el abastecimiento de cocaína en grandes cantidades.
Los principales líderes de esta organización criminal repartían su actividad entre Dubái, España y Colombia. La investigación ha revelado que habían constituido diversas empresas en territorio español con el objetivo de establecer una base operativa y utilizar nuestro país para impulsar tanto sus operaciones logísticas como las financieras.
Blanqueo de capitales a través de criptomonedas y tecnología encriptada
Dentro de la estructura de la red existía un grupo que se dedicaba de forma exclusiva al blanqueo de capitales de procedencia ilícita. Para ello, empleaban complejos esquemas financieros que combinaban el uso de sociedades offshore y transacciones con criptomonedas. Durante el proceso de investigación, las autoridades lograron identificar transacciones activas de criptomonedas por un total estimado de 700 millones de dólares.
La investigación se vio notablemente reforzada por las comunicaciones interceptadas en la aplicación encriptada conocida como Sky ECC. Esta información permitió a los investigadores acreditar la estructura de la organización criminal, conocer sus capacidades operativas y atribuirles numerosas incautaciones de cocaína con un nivel de detalle considerado sin precedentes.
Cooperación internacional: un hito en la lucha contra el narcotráfico
La operación “Gulupa” se ha erigido como un ejemplo de cooperación internacional eficiente y efectiva. El proceso ha requerido de numerosas reuniones operativas en diversos países de Europa y Sudamérica, con un intercambio constante de inteligencia entre agencias. Este esfuerzo es considerado un hito histórico de cooperación policial entre la Guardia Civil y la Policía Nacional de Colombia, todo ello con el respaldo y la coordinación de EUROPOL.
La operación ha sido llevada a cabo por el Grupo Central Antidroga de la Unidad Central Operativa de la Guardia Civil y la Policía Nacional de Colombia (DIPOL), y ha contado con la coordinación de EUROPOL y de la Unidad Técnica de Policía Judicial (UTPJ) a través del proyecto GDIN. La investigación en España ha sido dirigida por la Fiscalía Especial Antidroga de la Audiencia Nacional.
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