Un grupo de más de 1.900 científicos y 30 organizaciones de toda Europa, entre las que destacan el CREAF y la Asociación Española de Ecología Terrestre (AEET), han emitido un llamamiento urgente a los legisladores de la Unión Europea para frenar el retroceso del Pacto Verde Europeo. Este acuerdo, aprobado en 2019 como hoja de ruta para abordar los desafíos climáticos y ambientales, se encuentra actualmente debilitado por decisiones recientes que, según los expertos, comprometen su efectividad.
Desde España, el CREAF y la AEET han tomado medidas concretas para fomentar la interacción entre la ciencia y la política, conscientes de la creciente crisis ambiental. Ambas instituciones consideran alarmante el retraso, debilitamiento o eliminación de regulaciones clave como el Reglamento sobre el Uso Sostenible de Plaguicidas (SUR), las enmiendas a la Política Agrícola Común (PAC) y el retraso en la implementación del Reglamento Europeo de Deforestación (EUDR).
Consecuencias de las decisiones recientes
El llamado conjunto de los científicos resalta los efectos negativos de estas acciones, entre las que destacan:
- Deforestación: el retraso en la implementación del Reglamento Europeo sobre la regulación de materias primas y productos vinculados con la degradación de ecosistemas forestales (EUDR; Reglamento UE 2023/1115) socava su capacidad para abordar la deforestación y degradación forestal asociada a las cadenas de suministro europeas. Mediante este control se podría detener la eliminación y degradación de bosques europeos e internacionales y su transformación para otros usos, así como reducir las emisiones de carbono a la atmósfera en más de 32 millones de metros cúbicos al año y eliminar la pérdida de biodiversidad asociada. Por otro lado, penaliza a las empresas que, responsablemente, ya han invertido en su cumplimiento en beneficio de las que no lo han realizado.
- Plaguicidas: el rechazo del Reglamento sobre el Uso Sostenible de Plaguicidas (SUR) ignora la sólida evidencia científica y el apoyo público a los objetivos de reducción de plaguicidas en toda la UE. Este revés pone en peligro los esfuerzos para abordar el creciente uso de agroquímicos perjudiciales para la salud humana, los ecosistemas y la biodiversidad. En particular atenta contra nuestra propia seguridad alimentaria al reducir las poblaciones de polinizadores, imprescindibles para numerosos cultivos.
- Política agrícola: las reformas de la PAC han debilitado los estándares ambientales, priorizando la productividad a corto plazo sobre la sostenibilidad a largo plazo, lo que podría exacerbar la degradación del suelo, la pérdida de biodiversidad y las emisiones de gases de efecto invernadero.
- Expansión de energías renovables: la energía renovable es crucial para la descarbonización, aunque un despliegue no regulado o insuficientemente planificado puede implicar la destrucción innecesaria de otros activos ambientales tales como hábitats de interés, ecosistemas singulares o espacios que contribuyen a la imprescindible conectividad constituyendo infraestructura verde apta para la movilidad de nuestra biodiversidad. En definitiva contraviniendo otros acuerdos ya suscritos como la estrategia de la Unión Europea sobre la biodiversidad 20-30 o las estrategias nacionales de Infraestructura Verde (ENIVCRE) entre otras.
Ciencia y política: un esfuerzo conjunto
Tanto el CREAF como la AEET han respondido a esta crisis fortaleciendo los vínculos entre la ciencia y la política. En verano, el CREAF estableció un área dedicada a la interacción política para informar a los tomadores de decisiones con evidencia científica. Por su parte, la AEET creó un grupo de Ecología para las Políticas, subrayando la necesidad de involucrar a la comunidad científica en el diseño y supervisión de políticas ambientales efectivas.
Los científicos consideran que las prioridades actuales de la UE, centradas en el crecimiento económico y la competitividad, no tienen en cuenta los límites planetarios ni las interdependencias entre la salud ambiental, el bienestar humano y la resiliencia económica.
Llamado a la acción: cinco pasos urgentes
El llamamiento destaca cinco medidas prioritarias para alinear nuevamente a la UE con los objetivos del Pacto Verde:
- Revertir decisiones recientes: reinstaurar regulaciones clave como el SUR, reconsiderar las reformas de la PAC y evitar el debilitamiento de normativas ambientales existentes.
- Cumplir la legislación vigente: garantizar su implementación efectiva mediante decisiones informadas por el conocimiento científico y técnico.
- Nueva agenda ambiental: desarrollar estrategias post-electorales alineadas con los compromisos climáticos y de biodiversidad globales, integrando las escalas planetaria, regional y local.
- Fortalecer la colaboración ciencia-política: establecer canales de diálogo entre expertos y legisladores, utilizando mecanismos de apoyo ya existentes en la Comisión Europea.
- Compromiso con la sostenibilidad: adoptar soluciones que protejan la calidad de vida presente y futura, respetando los límites ambientales.
El Pacto Verde Europeo: un proyecto ambicioso en peligro
El Pacto Verde Europeo es una iniciativa diseñada para transformar la UE en una sociedad sostenible y equitativa, con una economía eficiente y libre de emisiones netas de carbono para 2050. Además de promover el bienestar ciudadano, busca proteger el capital natural y garantizar una transición justa para todos los sectores de la sociedad.
Este pacto, aprobado en 2019, responde a los compromisos de la Agenda 2030 y los Objetivos de Desarrollo Sostenible de la ONU. Sin embargo, los retrocesos recientes amenazan con desviar a la UE de sus metas ambientales y sociales, según alertan los expertos.
Artículo redactado con asistencia de IA (Ref. APA: OpenAI. (2024). ChatGPT (versión 4). OpenAI).