Un estudio realizado por la Universitat Oberta de Catalunya (UOC) ha revelado que los mecanismos disponibles en Cataluña para hacer frente a los discursos de odio racistas y LGTBIfóbicos en los medios de comunicación son ineficientes. Los resultados, presentados el pasado 14 de enero en el Col·legi de Periodistes de Catalunya, destacan un vacío estructural en el sistema público de gestión de quejas, lo que deja sin protección a colectivos vulnerables frente a mensajes discriminatorios difundidos por ciertos medios.
Una radiografía de los mecanismos actuales
El informe, titulado Wisdom Empowerment 2.0, fue dirigido por la profesora Anna Clua, investigadora principal del proyecto, y contó con el respaldo de figuras como Laura Pinyol, vicepresidenta del Consejo Audiovisual de Cataluña (CAC), y Josep Carles Rius, presidente del Consell de la Informació de Catalunya (CIC). Ambos representantes calificaron el estudio como una herramienta crucial para exponer las anomalías del actual sistema de quejas, al tiempo que destacaron su relevancia para promover cambios en el abordaje de este problema.
Entre las conclusiones más relevantes del estudio, se encuentran:
- Ineficiencia en las vías de quejas ciudadanas: Aunque existen leyes destinadas a proteger a los colectivos afectados por discursos de odio, las vías para denunciar este tipo de contenido en medios son ineficaces. Esto se debe a un sistema público que no abarca la totalidad de los contenidos discriminatorios.
- Desconocimiento y falta de recursos: La ciudadanía utiliza escasamente los canales de queja disponibles, ya sea por falta de conocimiento sobre su existencia o por la ausencia de recursos para gestionar los trámites requeridos.
- Falta de confianza en el sistema: Las entidades consultadas durante el estudio manifestaron su desconfianza hacia el impacto de las quejas formales, optando en su lugar por señalar públicamente los discursos de odio como estrategia alternativa.
- Marco normativo insuficiente: Las leyes y normas de autorregulación existentes no se utilizan de manera efectiva para interponer quejas o denuncias. Esto pone en evidencia que disponer de un marco normativo no garantiza, por sí solo, que la ciudadanía ejerza su derecho de defensa frente a estos discursos.
- Desconexión con estándares internacionales: El abordaje jurídico actual en Cataluña sobre contenidos racistas y LGTBIfóbicos se encuentra lejos de los estándares establecidos por el derecho europeo e internacional, lo que evidencia un compromiso insuficiente con la tolerancia cero frente a los discursos de odio.
Un problema estructural con impacto social
El informe subraya cómo ciertos medios de comunicación instrumentalizan los discursos de odio como parte de su modelo de negocio, explotando la polarización social para atraer audiencia y obtener beneficios económicos. Este fenómeno, según los investigadores, no solo perpetúa el racismo y la LGTBIfobia, sino que también dificulta los avances hacia una sociedad más inclusiva y respetuosa.
Recomendaciones
El proyecto Wisdom Empowerment 2.0 plantea la necesidad de reformas urgentes en el sistema de gestión de quejas y en la aplicación de las normativas existentes. Entre las recomendaciones propuestas se incluyen:
- Mejorar la accesibilidad y visibilidad de los canales de denuncia para la ciudadanía.
- Reforzar la colaboración entre entidades regulatorias como el CAC y el CIC para asegurar el cumplimiento de las normativas vigentes.
- Adecuar el marco jurídico español y catalán a los estándares internacionales en materia de derechos humanos y tolerancia frente a los discursos de odio.
- Promover campañas de sensibilización que eduquen a la ciudadanía sobre la importancia de denunciar y combatir los mensajes discriminatorios en los medios.
El informe completo, disponible para consulta -en catalán- en este enlace, se posiciona como una herramienta clave para fomentar el debate público y presionar por cambios estructurales que garanticen la defensa de los derechos humanos en el ámbito de la comunicación.
Artículo redactado con asistencia de IA (Ref. APA: OpenAI. (2025). ChatGPT (versión 4). OpenAI). Photo by Quino Al via Pexels