Una prolongada sequía que ha dejado sin nieves a la cordillera de los Andes chilenos y casi sin agua a los tranques de acopio de las generadoras hidroeléctricas ha conducido a una crisis de abastecimiento eléctrico al país. El problema viene arrastrándose desde el año pasado en agravamiento progresivo. Tras los primeros síntomas de dificultades el gobierno nombró a Oscar Landerretche, un socialista, como super ministro plenipotenciario para que dedicara su tiempo completo a solucionarlas. La medida puede parecer exagerada mientras no se conocen otros detalles.
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Las empresas eléctricas, casi todas propiedad del Estado hasta hace algunos años, y, en especial las más grandes, se descomponían en generadoras y distribuidoras. Posteriormente, como resultado de la aplicación del modelo económico neo-liberal, fueron privatizándose. Se formaron consorcios privados competidores que comenzaron a explotar la generación y la distribución como campos separados y complementarios. Una fuerte absorci¢n de capitales provenientes de las AFP (Asociaciones de Fondos de Pensi¢n) o entidades de la previsi¢n privatizada, transform¢ a esas empresas en verdaderos gigantes que empezaron a incursionar en pa¡ses vecinos, transform ndose en transnacionales que diversificaban la inversi¢n adquiriendo otro tipo de empresas estrat’gicas tales como sanitarias y gaseoductos trans andinos.
Como la cantidad de dinero que las AFP pod¡an dedicar a la compra de acciones est fijado por reglamentaci¢n estatal, al copar la capacidad de colocaci¢n, los papeles accionarios tend¡an a estancar o a bajar su valor.
Esto comenz¢ a provocar una p’rdida creciente de intereses o de utilidades de los capitales invertidos. Comenz¢ a cundir la inquietud entre quienes estaban pr¢ximos a jubilar al no cumplirse las promesas del modelo econ¢mico en el sentido que la previsi¢n privada producir¡a jubilaciones reajustadas, incrementadas y mucho m s generosas que las tradicionales en manos del Estado. Al contrario, hubo campa_as en el sentido de contener las intenciones de jubilar a la espera de tiempos mejores.
En tales condiciones, el clima vino a jugar una carta no prevista. Una sequ¡a persistente y la merma alarmante de las reservas de agua hicieron saltar al primer plano las pugnas entre las empresas generadoras de electricidad derivadas de una reglamentaci¢n que ellas mismas se hab¡an dado. Hab¡an establecido sobreprecios muy elevados para los casos de compra de energ¡a bajo condiciones de crisis. La naturaleza produjo estas condiciones. Las principales proveedoras de energ¡a son del tipo hidroel’ctrico y existen otras, alternativas privadas en competencia, del tipo termoel’ctrico. Conforme a la Ley, las proveedoras hidroel’ctricas, incapaces de abastecer una demanda dada, deber¡an resignarse a comprar energ¡a a su competencia termoel’ctrica, con precios muy onerosos.
Se dieron, coincidentalmente, nuevos factores distorsionadores del cuadro descrito. La crisis econ¢mica global y la constante tendencia a la baja de las acciones el’ctricas gatill¢ la decisi¢n de vender oportunamente a los accionistas mayoritarios. Para no agravar tempranamente el deterioro de los paquetes accionarios, la crisis de abastecimiento de aguas fue ocultada sigilosamente, ya que, si deb¡a comprarse energ¡a complementaria, este gasto no presupuestado disminuir¡a las utilidades de ejercicio empresarial y, por ende, el valor de las acciones. Esto, a su vez, habr¡a lesionado m s profundamente a los capitales de las AFP. El hecho tambi’n jugaba en contra de obtener el precio m s alto posible de los interesados for neos.
Culmina con ‘xito la venta de la distribuidora Enersis a capitales espa_oles. Pero queda pendiente la venta de la principal generadora, Endesa, fundamentalmente de tipo hidroel’ctrico. La pugna por su compra ocurre, en estos d¡as, entre Endesa Espa_a y Duke Energy (USA). La sequ¡a persiste. Inicialmente se impuso un racionamiento el’ctrico muy flexible y tolerante. La crisis se agrav¢. El super ministro plenipotenciario cumple un papel de simple relacionador poblico encargado de informar al pa¡s sobre las decisiones que, a puertas cerradas, toman los ejecutivos de las empresas el’ctricas. El ministro se disculpa diciendo que, en Chile, no existe una normativa adecuada tanto para fiscalizar como para exigir formas de operaci¢n, cumplimiento y aplicar multas a los responsables.
Sobreviene otro hecho culminante. Nehuenco, una de las principales generadoras, del tipo termoel’ctrico, detiene su actividad anunciando que ha sufrido una grave falla de turbinas. Se alcanza a informar que la reparaci¢n puede tardar hasta 4 meses. El presidente Frei viaja a Hannover para inaugurar la principal Feria Anual de esa ciudad donde Chile participa en calidad de Pa¡s Asociado. All¡ establece contacto con uno de los m s altos ejecutivos de Siemens, empresa responsable de Nehuenco. Logra que Siemens reaccione de inmediato enviando, con extrema urgencia, una nueva turbina hacia Chile, en un avi¢n Tupolev, fletado especialmente para el caso. Esto podr¡a acortar dram ticamente el tiempo de reparaci¢n de Nehuenco. Recibida hoy la primicia en Chile, el gerente de operaciones de Nehuenco declara a la TV que esa turbina «no es indispensable». M s aon. Da una larga explicaci¢n donde expone que «cada turbina es un caso especial», que «se fabrican una por una para cada Central».
Estamos frente a un ins¢lito caso donde caben muchas sospechas sobre la real voluntad de los involucrados para dar soluci¢n a una crisis de incalculables repercusiones econ¢micas sobre los ingresos de miles de comerciantes por deterioro de productos que requieren refrigeraci¢n controlada, sobre hospitales, bancos de materiales y de cultivos cr¡ticos, de peque_os y medianos empresarios cuya actividad se basa en la energ¡a el’ctrica disponible, sobre sistemas de control de tr nsito vehicular, seguridad ciudadana en los barrios por la noche y muchos otros trastornos obvios.
La primera cuesti¢n f cil de advertir por cualquiera persona, sin ser experta, es que no resulta cre¡ble que una empresa como Siemens vaya a enviar, desde Europa, mediante un Tupolev especialmente fletado, una turbina inservible.
Qu’ tan real es, entonces, la «falla» de Nehuenco…? A quien puede interesar provocar una crisis creciente de abastecimiento el’ctrico que significa ya 2 horas de racionamiento diario, modificable en cualquier momento y que por ahora es rotatorio, en las 24 horas, para los sectores en que fue dividido Santiago…?
Valentin Marchant
Desde Santiago de Chile
CHILE: CRISIS ELECTRICA Y RACIONAMIENTO
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