Estrenamos la Facultad de Ciencias de Granada con un encierro por la libertad de Chile. Las aulas de Geológicas nos dieron cobijo. Fuera un mar de policía de gris; el oficial de bigotillo al mando, con un altavoz pretendía conminarnos para abandonar la Facultad.
Era inútil. El gritaba desde el poder: ‘íDisuélvanse! íDisuélvanse! Nosotros, desde la indefensión, respondíamos: ‘íDisolución de los cuerpos represivos! íDisolución de los cuerpos represivos!’.
Los estudiantes granadinos de los setenta recibimos muchos bolazos de una policía política, embrutecida por la falta de integración social, y dirigida por cargos militares con bachillerato elemental.
Militares, que disueltas las FOP, llegaron con González y Aznar a ser los generales de las Fuerzas Armadas de la democracia.
Con una materia prima extraída entre los hijos de los que ganaron la guerra, eliminando por ley a cualquier aspirante que tuviese antecedentes familiares rojos, Franco llegó a tener el ejército más reaccionario de la Europa occidental.
Estos muchachos fueron forjados en la Academia que Franco fundara. El dictador fue para ellos ‘Su Excelencia el Caudillo’, un ‘Libertador y Padre de la Patria’ al m s puro estilo hagiogr fico latino. Los centros militares de formaci¢n de mandos eran los seminarios del sacerdocio militar que garantizar¡a el R’gimen, velando por sus ideales.
El ‘Defecto Pinochet’ produjo en esta clase de ciudadanos fascinaci¢n moral, identificaci¢n por semejanza con su propia situaci¢n. Los militares en Iberoam’rica y Espa_a son el sacerdocio m¡lico que sostiene los valores de las Patrias.
Nuestros pueblos no han nacido para la libertad, desde que una caterva de militares trastocasen el orden natural de nuestras naciones: Sucre, San Mart¡n, Bol¡var, Da¢iz, Velarde, Riego, Espoz y Mina, Prim, Narv ez, Primo de Rivera, Fl¢rez, Franco, Per¢n, Stroesner, Galtieri…
Esta suerte de idea es la que aprenden los ciudadanos sometidos a las ense_anzas militares, y civiles donde hay dictaduras. La democracia, ni la Constituci¢n penetran en las instituciones militares de estos Estados. Son como Estados dentro de los Estados, con una justicia peque_ita dentro de ellos que actoa subordinada al poder militar y pol¡tico.
En Chile padecieron persecuci¢n, secuestro y muerte ciudadanos civiles y militares.
El ‘Defecto Pinochet’ consisti¢ en aceptar el ser nombrado Jefe de las Fuerzas Armadas del Chile de Allende, cuando moralmente el general no sosten¡a la pol¡tica de su mentor. Don Augusto se situaba as¡ estar en el lugar ‘providencial’ para salvar a su naci¢n, condenando a sus compatriotas y pervirtiendo a sus compa_eros.
El ‘Defecto Pinochet’ resulta de simular lo que no se es. Quien supo simular una amistad y subordinaci¢n a su Presidente Constitucional, simula ahora su inocencia.
Qu’ ser hoy del oficial de bigotillo que gritaba con altavoz: ¥disu’lvanse!; aquel que lanzaba a su embrutecida hueste a porrazo limpio contra los estudiantes. +Lo nombrar¡a Felipe o Aznar, general?
EL DEFECTO PINOCHET
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