Estas cosas sólo se dicen en privado, hombre ; no hay que decirlas en público. Luego es preciso envainárselas, aunque sólo sea por ôimperativo políticoö, y no creo que el placer, que comprendo, de haberse despachado a gusto compense esta inevitable segunda parte. Como alguien con experiencia de estar en la primera línea política, acostumbrado por tanto a tragarse sapos siempre que le ha resultado necesario, como alcalde, como responsable de política municipal, etc., antes de soltarlo todo tenía que haber pensado en las implicaciones del caso en las demás instituciones en las que su partido tiene intereses. Tampoco los de su equipo han estado muy finos en la forma del primer acto de sus fiestas locales. Estoy seguro que no van a caer nuevamente en el mismo error.
Se equivocan los Maulets cuando exhiben su talante fascista cada vez que les parece que alguien les ha dado pie. A ratos me pregunto de dónde sacan que para conseguir sus objetivos independentistas sea conveniente dividir la naci¢n catalana en dos comunidades antag¢nicas, en lugar de procurar convencer a la m xima cantidad posible de ciudadanos con razones de hoy, y necesito luchar contra la tentaci¢n de imaginar que haya algo m s que coincidencias casuales de objetivos cuando escenifican en la calle, imitando a sus colegas de HB, los «peligros del nacionalismo catal n» que predican la gente del «Foro Babel» y el anterior l¡der del PP en Catalunya. Pero s’ que no hay que buscarle tres pies al gato y que s¢lo son cuatro salvajes aprovechando cualquier oportunidad para evidenciarlo. No creo que convenga a Esquerra Republicana de Catalunya que sus cachorros frecuenten segon que compa_¡as. No ser abonando con su presencia estos comportamientos como conseguir crecer en esa ciudad donde, quiz s por este motivo y a diferencia de tantos otros lugares, no ha tenido ‘xito electoral.
En la misma juerga, pero s¢lo el primer d¡a, tambi’n estaban los de otras juventudes. S¢lo algon mal pensado supondr¡a que esta presencia para poner a caldo al alcalde ten¡a algo que ver con que los resultados electorales de su gente hayan sido decepcionantes, que sus gestiones para participar en el gobierno municipal no hayan sido suficientemente realistas para conseguirlo y que, como propina, el alcalde les haya soltado cuatro frescas. Ahora est n molestos por si se les identifica con el comportamiento que antes he mencionado, pero ellos, m s bien poco soberanistas, +qu’ hac¡an all¡ en medio ?
Pero la equivocaci¢n m s sonada, por lo menos desde mi punto de vista, ha sido la de Raimon Escud’, diputado al Parlamento de Catalunya por CiU, que, el pasado lunes, en una entrevista que public¢ el diario EL PUNT, contest¢ a una pregunta sobre si CiU tendr¡a que haber reconocido algon que otro error, que : «Para un pol¡tico, hacer una autocr¡tica espectacular es contraproducente porque los dem s ya se dedican a hacer esta cr¡tica«. Y se qued¢ tan ancho. Parece ser que nunca se le ha pasado por la mollera que cuando se aceptan las propias responsabilidades, y mucho mejor si se hace antes que nadie te las est’ restregando por los morros, se les quitan las armas de las manos a estos «otros» que menciona. Esta clase de memez tampoco nos tiene que sorprender, acabamos apenas de salir de una campa_a electoral y estamos a punto de inaugurar otra; pero puestas as¡ las cosas urge una nueva manera de hacer pol¡tica.
Jordi Portell
