No creemos que haya posibilidad de reconciliación mientras los crímenes cometidos en contra de la Mujer y el Hombre no hayan sido claramente definidos y los culpables no afronten las consecuencias de sus actos.
Cuando decimos castigo, lo hacemos conscientemente. No basamos esta petición en un mero deseo de venganza nacido del odio inconsciente o de un puro interés de grupo político, sino que tratamos de hacerlo basados en principios racionales.
Hay ciertas dimensiones humanas que son elementales y básicas. Una de ellas es el derecho a la vida, porque sin ella, no hay derecho posible. Y este derecho, transciende cualquier circunstancia particular y su violación no puede justificarse a partir de triquiñuelas legales o derechos de Estado, que en última instancia obedecen a intereses de clase o de grupo.
El compatriota chileno y poeta Zurita nos dice: «Pido verdad, no castigo». Nosotros decimos: no es suficiente. Hay una estrecha relación entre crimen y consecuencia. Y esta es la relaci¢n de responsabilidad.
Dentro de la comunidad humana se ha venido desarrollando lentamente una voluntad de justicia universal, alrededor de los derechos humanos b sicos, desde la Segunda Guerra Mundial. Los asesinos de la humanidad fueron juzgados y condenados y continoan si’ndolo hasta el d¡a de hoy. La misma voluntad existe para juzgar, condenar y castigar los cr¡menes en Yugoslavia. Por que, en el caso de la tragedia chilena, los culpables no deben ser castigados ? ¨Cu l es la diferencia ?.
El poeta Zurita escribi¢ estas palabras, llenas de honestidad y nobleza:
«…como comunidad, como naci¢n, reconozcamos
frente a nosotros mismos y frente a los dem s
pueblos, nuestra miseria, nuestro dolor,
la crueldad infinita de la que aqu¡ se
fue capaz, porque s¢lo desde esta herida, desde
esta verg_enza colectiva, podremos algon
d¡a ser capaces de perdonar y de perdonarnos».
Absolutamente de acuerdo. La tarea pol¡tica, es la de definir las condiciones en que esto sea posible. (Cl/YZ/Mt-Pno/Dh-Vi/ap)
Por Nieves Fuenzaliza
IMPOSIBLE LA RECONCILIACIÓN
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